Waldo Servian Riquelme fue trasladado por Interpol desde Asunción hasta Buenos Aires tras confesar ser el autor del crimen de Liliana González, cuyo cuerpo fue encontrado desmembrado en la Villa 31, en marzo de este año.

Waldo Servian Riquelme, un albañil paraguayo, de 33 años, confesó a la Policía ser el autor del crimen de su pareja, Liliana González, de 37 años, también paraguaya, en la Villa 31 de la ciudad de Buenos Aires. El asesino desmembró el cuerpo de la víctima con una amoladora y posteriormente huyó a Paraguay, según fuentes policiales del vecino país.

El jueves pasado, en horas de la noche, el autor confeso del crimen fue extraditado a Argentina desde el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, a través del vuelo de la empresa aérea Aerolíneas Argentinas, según informó el comisario Luis Benítez, subjefe de Interpol.

El femicida se entregó el 7 de mayo pasado en Encarnación. Según dijo el abogado de Servian, Alberto Caravallo, se entregó porque «quiere responder por el hecho y ante sus hijos».

En la República Argentina el caso está caratulado como homicidio agravado y Servian se expone a la pena máxima aplicable que es de 50 años de cárcel.

Fuentes policiales de Argentina informaron a los medios que aunque al inicio el crimen fue vinculado a un ajuste de cuentas narcos, las investigaciones revelaron que se trató de un homicidio de género por celos.

Los detectives lograron determinar que Servian asesinó a su esposa la tarde del sábado 16 de marzo. El cuerpo fue descubierto al día siguiente cuando los vecinos alertaron a las autoridades debido al fuerte olor que salía de la casa. El homicida ya había cruzado la frontera con Paraguay para refugiarse en casa de sus parientes.

La madre de la víctima manifestó a los medios que Liliana soportó 15 años de maltratos y violencia. «Antes de que la matara, mi hija me dijo que no aguantaba más, quería que se vaya. Lo denunció a comisaría de la mujer, por eso la mató», dijo Luci Ayala.

«Quiero que le den la pena máxima. No saben cómo vivió mi hija y cómo murió. Yo sé todo lo que pasaba, desde el principio. Que la Justicia actué con todo el peso de la ley y le den perpetua», reclamó.

«Ella trabajó hasta el último día. Lo mantenía. Se levantaba hasta las 5 de la madrugada volvía a la noche, en el medio llevaba a los chicos al colegio. Él no hacía nada, supuestamente porque estaba enfermo, pero no lo estuvo para matarla así», agregó la madre de la víctima.