El extraño suceso ocurrió el viernes pasado durante la tarde – noche en Ciudad del Este. La víctima dijo que el hombre lo amenazó de muerte por ‘meterse’ con su novia, pero este alegó que jamás lo había visto.

Completamente descontrolado – según la denuncia – Carlos Alberto Morínigo (28) subió a su automóvil, condujo de manera peligrosa y casi ocasionó una tragedia buscando a un hombre. Cuando lo encontró caminando por la vía pública, sobre la avenida Fulgencio Yegros del km 6,5 de la citada localidad, lo obligó a subir al rodado a punta de pistola.

La víctima detalló en su denuncia que Carlos Alberto esta totalmente “volado” y lo amenazó de muerte por supuestamente meterse con su novia. Sin embargo, el joven dijo que nunca lo había visto en la vida.

“Recorrimos por unos 40 minutos, durante ese tiempo me tenía encañonado, se lo notaba desconcertado y nervioso. Estaba tomando cerveza y sus ojos brillaban”, relató el denunciante, señalando que después se dirigieron hacia una conocida hamburguesería de la zona, momento que el joven aprovechó ya que el conductor iba a baja velocidad, se lanzó del auto y corrió hasta la casa de un familiar.

El afectado pensó que su pesadilla había terminado, pero media hora más tarde recibió una llamada de su amigo, conocido de Carlos Alberto, diciéndole que el hombre lo estaba buscando y que le pagaría G. 500mil si le decía donde vivía, ya que quería llegar a él.

El joven reiteró que no conoce al presunto autor de la amenaza, que nunca lo había visto y que tampoco tuvo algo que ver con su pareja, por lo que sospecha que el hombre se habrá confundido por él. No obstante, manifestó que decidió radicar la denuncia en el puesto policial N°5 ante la gravedad del caso y el temor de que algo le pueda suceder.

En ese sitio, el denunciante coincidió con Ever Daniel Escalante Morínigo (41), hermano de Carlos Alberto, quien fue hasta dicha sede policial también para denunciar a su propio hermano por atropello de domicilio y amenaza.

Por su parte, Ever Daniel relató estaba en su domicilio cuando escuchó a su hermano estaba gritando y armando disturbio en la calle, queriendo hablar con su madre Marcelina Morínigo, quien estaba dentro de la casa. Como nadie le abrió el portón, Carlos logró derribar la reja e ingresó al patio donde agredió a su hermano y también lo amenazó, luego se retiró del sitio.