Perseverancia, sacrificio y mucha dedicación. Después de cinco años, los hermanos paraguayos Sebastián y Elián Heyer concluyeron con éxito sus estudios en la carrera de ingeniería eléctrica con énfasis en hidroeléctricas en una prestigiosa universidad rusa y ya preparan sus maletas para retornar al país.

Hace tres años, Sebastián se hizo conocido por cocinar y vender empanadas y comidas típicas para costear sus estudios, debido a que la beca de la Federación Rusa solo cubría los gastos de la universidad y parte de la vivienda. La situación se complicó para los hermanos cuando la pandemia arremetió con todo y los ingresos del papá se redujeron y no pudo ayudarles.

‘‘La experiencia fue una de las mejores que he vivido en mi vida sin duda, estudiar en Rusia es un gran desafío, no solo por el idioma, sino también por el alto nivel educativo de profesores y alumnos’’, comentó.

El viaje de los hermanos Heyer comenzó con un curso preparatorio de 12 meses de ruso, que incluyó estudios intensivos del idioma y términos técnicos de física, química, matemática, electrónica, indispensables para la carrera.‘‘Al llegar a Rusia ya sabía que debía hacer algo para tener ingresos. Empecé a cocinar comidas típicas paraguayas y a venderlas a compañeros, amigos, y a la Embajada de Paraguay en Rusia’’.

Sin embargo, este negocio no proporcionó ingresos constantes, por lo que Sebastián tuvo que trabajar en un call center en turnos nocturnos de 20:00 a 08:00, luego del trabajo a la universidad de 09:00 a 17:00, ‘‘era muy complicado mantener esos horarios y juntarlos con la universidad, pero tenía una meta: Concluir la universidad. Y así lo hice’’.

La calidad de la educación recibida fue un aspecto que Sebastián destacó, los profesores están supercapacitados en esas áreas, son autores de libros, con experiencia en construcción, mantenimiento, explotación energética. Además, los laboratorios técnicos de última tecnología les permitieron aplicar la teoría.

Con su regreso a Paraguay planeado para mediados o finales de agosto, los hermanos Heyer esperan con emoción reunirse con sus familiares y amigos tras cinco años a más de 12.000 kilómetros de distancia.Próximo Objetivo. Sebastián expresó que el sueño de un ingeniero aeronáutico puede ser trabajar en la NASA o de un informático trabajar en Google, pero él como ingeniero hidroeléctrico le gustaría aprovechar sus conocimientos para trabajar ‘‘en una de las hidroeléctricas más grandes del mundo que tengo la suerte que se encuentra en mi país. Así que más que planes a futuro esa sería mi siguiente meta’’.

El ingeniero animó a otros jóvenes a seguir sus pasos y buscar oportunidades en el exterior, sin miedo. ‘‘Si me dieran la oportunidad de repetir esta experiencia sabiendo todas las dificultades que conllevaría, la tomaría sin pensarlo 2 veces. Y si desean ir a estudiar a Rusia, les recomiendo estudiar de antemano el idioma y que se preparen sicológicamente para el frío de -20º’’.

A futuro, Sebastián expresó su interés de especializarse en el campo de las energías renovables, especialmente en la investigación y desarrollo de tecnologías sostenibles como la energía solar, eólica y la hidroeléctrica. ‘‘Me apasiona la idea de contribuir a un mundo más limpio y sostenible a través de la innovación en este sector’’