Durante un encuentro clave con representantes de la OEA, la delegación paraguaya reivindicó su posicionamiento a la defensa de la vida y la familia, en concordancia a los preceptos constitucionales.

En el marco del diálogo entre las organizaciones civiles y los representantes de la Organización de los Estados Americanos (OEA), celebrado en Asunción este miércoles, la delegación paraguaya reafirmó su compromiso con los preceptos constitucionales de defensa de la vida y la familia, destacando su adherencia a los marcos normativos nacionales e internacionales.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, Víctor Verdún, encargado de liderar la delegación nacional, subrayó la relevancia de respetar el derecho a la vida como inherente a la persona humana, desde su concepción, en concordancia con la Constitución Nacional y la Convención Americana de Derechos Humanos.

“En ese sentido, con relación al derecho a la vida, reiteramos el principio consagrado en nuestra Constitución, que establece que el derecho a la vida es inherente a la persona humana, garantizando su protección desde la concepción”, expresó.

Verdún enfatizó también el enfoque paraguayo hacia la igualdad de derechos entre ambos sexos, adoptando una interpretación del término género basada en el sexo biológico, reconociendo únicamente las categorías de hombre y mujer.

«Paraguay aboga por la igualdad de derechos entre ambos sexos» 

Por otra parte, el representante paraguayo abogó por la claridad y precisión en los términos utilizados en los documentos, evitando ambigüedades y manteniendo coherencia con la legislación nacional. Destacó la importancia de la igualdad y no discriminación como pilares fundamentales en la lucha contra cualquier forma de discriminación.

“Con relación al tema de género, el Paraguay aboga por la igualdad de derechos entre ambos sexos y así también adopta una interpretación del término género basada en el sexo biológico de las personas, reconociendo únicamente dos categorías, hombre y mujer”, afirmó. 

El viceministro rechazó enfáticamente el uso del argumento «discurso de odio» para silenciar voces disidentes, defendiendo la libertad de pensamiento y expresión como valores fundamentales. Afirmó que las posiciones paraguayas no implican discriminación ni retroceso, sino que se sustentan en la no discriminación, la igualdad ante la ley y las libertades fundamentales, incluyendo la libertad religiosa e ideológica y la libertad de expresión.

En un llamado a un diálogo inclusivo y constructivo, el representante de Paraguay reafirmó el compromiso del país de mantener relaciones abiertas con todas las organizaciones de la sociedad civil, buscando construir puentes que fomenten la unidad y evitando imposiciones que generen divisiones.