De los 455 contratos firmados por Basilio Bachi Núñez, entre julio y octubre de este año, más del 25% son funcionarios totalmente nuevos, y no el 10% como se afirmó en el SenadoDe la nómina de 455 funcionarios contratados por el presidente del Congreso, Basilio Bachi Núñez, entre julio y octubre de este año, más del 25% son funcionarios nuevos y no el 10% como afirmó la cuenta del Senado en redes sociales, según un cruzamiento realizado en ÚH con el portal del Ministerio de Economía.

Unos 117 nombres de esta lista figuran que empezaron a cobrar recién desde el mes de julio de este año en adelante, por lo que no pudieron haber sido recontratados, como afirmaron desde la cuenta oficial del Senado en las redes sociales. Luego de las presiones, publicaron la lista con los nombres y salarios de los contratados, quienes ingresaron sin concurso y sin ser cargos de confianza, como pretendió hacer pasar el titular de la Cámara Alta, pero que lo desmiente la propia Ley 1626/2000.

Estos nuevos contratados se suman a la ya abultada nómina de funcionarios del Congreso e implican un gasto extra de G. 567.791.119 por mes, y aún más, según los beneficios extras que cobran.

altos Salarios. En este grupo de nuevos funcionarios, figuran con un salario de G. 10 millones mensuales: César Eduardo Alarcón Pintos (ex funcionario de la Secretaría de la Función Pública), Julio Alejandrino González Barboza (profesional que estuvo en el Conacyt), Eduardo René López Armoa (ex funcionario de la Gobernación de Alto Paraná), Sergio Daniel Godoy Codas (ex senador ANR), Julio Enrique Mineur de Witte (ex diputado PLRA).

Los salarios de funcionarios nuevos siguen con montos que van desde G. 8.500.000, en el caso del ex funcionario del Ministerio del Trabajo José María Azcona Arce hasta G. 8.000.000 de María Silvia Maidana Apud, ex funcionaria de la Misión Técnica de Taiwán.Con G. 7.000.000 figura David Cayetano Ojeda Lezcano, quien aparece en una noticia del 2020 como objeto de una protesta de funcionarios del Ministerio de Obras Públicas que pedían su salida de la Regional en Edelira, Itapúa, acusado de ser un operador político comisionado de la Justicia Electoral que no trabajaba. También con G. 7.000.000 figura Justo Manuel Viñales, ingeniero agrónomo y dirigente colorado de Itapúa.

críticas. La publicación del Senado en la que afirmaba que solamente el 10% eran nuevos funcionarios fue duramente bombardeada con críticas de los internautas, quienes afirmaron que la lista de nuevos era mucho mayor.

El senador Eduardo Nakayama cuestionó que, a menos de un año del escándalo de los nepobabies, el titular del Senado caiga en las mismas prácticas que cuestionó. “Lo que demuestra es que sigue la práctica nefasta de contratar y usar el Estado como botín de guerra”, dijo.

En junio de este año, antes de asumir como titular del Congreso, Bachi afirmó que su presidencia no tendría planilleros y que analizaría la cantidad de funcionarios existentes, de manera a racionalizar los recursos.

Sin embargo, sus palabras se las llevó el viento, y se valió de su simple firma para abultar el gasto público incorporando una cantidad inmensa de nuevos funcionarios.

El senador Ignacio Iramain llamó a la ciudadanía a reaccionar ante estos hechosLas Cifras 455 fueron los contratos firmados por Basilio Bachi Núñez de julio a octubre de este año, de los cuales 117 son nuevos.

567.791.119 guaraníes al mes cuestan los 117 nuevos contratados que se suman a la superpoblación de funcionarios en el Senado.

El Senado restringe acceso a su nómina

Tras el escándalo desatado por la nueva contratación de 455 funcionarios por parte del titular del Congreso Nacional, Basilio Núñez, el mismo ordenó aparentemente restringir el acceso a la nómina de personal que presta servicios en la institución.

Desde ayer, y de forma sorpresiva, para acceder al listado que anteriormente se podía observar sin ningún problema, hay que introducir un código, el cual no se conoce.

La contratación de jóvenes bachilleres, en su mayoría, sin títulos universitarios, con jugosos salarios y que se encuentran diseminados en distintas oficinas de parlamentarios del cartismo y sus aliados, sin una labor específica, generaron una ola de indignación ciudadana.

Los mismos entraron bajo la figura de la contratación y de los mal llamados “cargos de confianza”.