Un repartidor jubilado halló G. 1.500.000 que un cliente anterior había olvidado. El dinero fue entregado en la Comisaría 23 de Ypané, esperando a su dueño.

La honestidad tiene nombre y apellido en Ypané: Virgilio Pereira. Este hombre de 63 años, quien trabaja como repartidor de agua mineral a pesar de su jubilación, dio una lección de civismo. El lunes pasado, don Virgilio encontró una suma importante de dinero olvidada en un cajero automático.

La máquina del Banco Nacional de Fomento (BNF), ubicada cerca de la Municipalidad de Ypané, fue el escenario. El repartidor introdujo su tarjeta. Antes de digitar su clave, vio la punta de un billete. Al estirar, el cajero automáticamente expulsó el resto de la plata.

El dinero ascendía a G. 1.500.000. don Virgilio recordó a un señor mayor que usó el cajero antes que él. Lo notó nervioso y preocupado al salir. “Capaz el cajero no le dio la plata y se fue preocupado”, comentó Pereira al diario Extra.

Inicialmente, el hombre esperó en el lugar, previendo el regreso del dueño. Nadie volvió. Al ir a su casa, la conciencia le habló más fuerte que la tentación. “Primero pensé en guardar y esperar si salía alguna noticia. Pero después dije: lo ajeno es ajeno”, indicó.

 

“Mi tranquilidad no tiene precio. En estos tiempos lo que más falta es honestidad”, aseguró Don Virgilio.

En la tranquilidad de su hogar, Don Virgilio contó el total. De inmediato, se dirigió a la Comisaría 23. Entregó el millón y medio de guaraníes a los agentes policiales. Anotó la cantidad exacta de billetes.

Quién sabe si el señor tenía que pagar algo urgente o comprar remedios. Ojalá vaya y recupere su plata, expresó con nobleza. Don Virgilio desoyó las voces que le sugirieron quedarse con el dinero. Él está contento con su acción. Ayer, bajo la lluvia, el repartidor seguía firme en su trabajo. Demostró que la integridad supera cualquier monto material.

Fuente: EXTRA