Un motín dejó 60 muertos en una prisión de Manaos, en el estado de Amazonas, en el noroeste de Brasil.

Según el secretario de Seguridad Pública del Estado, Sergio Fontes, las pandillas que operan dentro y fuera de la cárcel han estado luchando por el control del narcotráfico.

El funcionario calificó el hecho como «la masacre más grande» jamás cometida en una prisión del estado de Amazonas.

Durante la revuelta, seis cuerpos sin cabeza fueron arrojados sobre la cerca perimetral del penal.

La violencia terminó el lunes, 17 horas después, según la policía, cuando los internos entregaron sus armas y liberaron ilesos a los últimos 12 guardias que habían tomado como rehenes.

Según las autoridades, decenas de reclusos escaparon y en estos momentos se los está buscando en una enorme operación policial.