El año pasado durante la periodo invernal el virus de la influenza mató a 120 personas y el COVID-19 en un mes produjo la muerte de 5 pacientes. Ambos están circulantes junto a otros virus respiratorios y existen dos posibles escenarios que se podrían dar a partir de la segunda quincena de abril

El aumento de cuadros respiratorios que en años anteriores ya se acentuaba en esta época del año podría darse a finales de este mes y las predicciones apuntaban a un predominio de la Influenza B con la aparición del coronavirus esto puede cambiar.

El Doctor Guillermo Sequera, director de Vigilancia de la Salud explicó que en los últimos cinco años el incremento de afecciones respiratorias se registra a partir de la segunda quincena de abril.

En el país existe una variedad de virus respiratorios circulantes todo el año siendo los predominantes la influenza y el virus sincitial respiratorio. También se encuentran otros en menor proporción como adenovirus, metanemovirus y otros.

Sequera recordó que en 2019 se reportaron alrededor de 900 mil consultas vinculada a síntomas respiratorios en el sistema de salud y de estas 9.000 requirieron hospitalización, 1.200 fueron ingresados a terapia intensiva y 120 fallecieron.

El 50% de las muertes registradas guarda relación con el virus de la influenza y en menor medida con el virus sincitial respiratorio.

Ya en diciembre de 2019 la influenza mostró un aumento de casos, en verano, algo atípico en relación a años anteriores, destacó Sequera e indicó que el hecho se vinculaba directamente a lo que estaba ocurriendo en Europa, Estados Unidos y Canadá, donde se confirmó un predominio de esta cepa, sumado al alto movimiento migratorio que se experimenta habitualmente durante las fiestas de fin de año.

“Para este año esperábamos un periodo invernal con muchos casos de gripe estacional, con predominancia del virus de influenza B, tal y como se estaba observando en el norte del mundo, pero ahora se suma el COVID-19”, señaló y no descartó que esto podría agravar la epidemia.

Si bien no se tiene aún claro el desenlace sobre la preponderancia de estos virus circulantes, Sequera mencionó dos posibles escenarios: “Tenemos dos escenarios, que ocurra una epidemia importante de influenza y que el COVID-19 se sume a esto, o que el COVID-19 predomine la epidemia y no dé lugar a otros virus”.

Destacó que las medidas de distanciamiento social y la higiene de manos frecuente que están siendo aplicada por el riesgo de COVID-19 son igualmente útiles para frenar la transmisión de otros virus respiratorios y enfermedades infectocontagiosas.

Con respecto a las 1.200.000 vacunas antigripales que llegarán al país el próximo 12 de abril, recordó que está orientada a grupos vulnerables de niños de 6 meses a 3 años, adultos de 60 años en adelante, embarazadas y enfermos crónicos.

La vacunación contra la influenza evita la ocurrencia de casos graves y sus complicaciones; reduce asimismo el riesgo de internación y muerte. Sequera destacó que la importancia de recibir la dosis en las primeras semanas de su arribo de forma a lograrla inmunidad a tiempo ya que esta se logra dos semanas posterior a la aplicación.