Hacia el mediodía, los canales de televisión informaban acerca de un incendio en el supermercado “Ycuá Bolaños”. Los compatriotas consumidos por las voraces llamas aumentaban descontroladamente. Primero 10, luego 50, 100… 400 vidas segadas en cuestión de minutos debido a la irresponsabilidad, el afán desmedido de lucro, la negligencia de un Estado incapaz de hacer cumplir las reglamentaciones sobre contención de incendios

Esta vez, sin embargo, a la evocación de la memoria, se le sumará un hecho largamente esperado por la sociedad, pero muy particularmente por las organizaciones de víctimas y familiares de víctimas de aquella jornada fatídica: el inicio de las obras que derrumbarán la construcción fantasmal que aún hoy horroriza con su presencia espectral para dar paso a la construcción del «Memorial y Centro Cultural 1A», un espacio de memoria, de oración, de honra, pero también de reflexión acerca de lo que nunca debe volver a suceder en el futuro.