Abuelo y nieto fueron asesinados a puñaladas y golpes
Lo que se denunció como un secuestro en realidad fue un macabro plan para matar a las víctimas a modo de venganza, según investigadores. Ayer desenterraron sus cuerpos a 1.500 metros de la casa.
Josemar Borba era tractorista de Alecio Dresch y por razones de la vida enamoró a la esposa del nieto, Yésica Patricia, quien era pareja de Félix Paredes Dresch.
La mujer convivió por unos cinco años con Félix, nieto de Alecio y primo hermano de Leonardo, y tras la separación se habría iniciado un juicio por la tutela del hijo que tuvieron, que fue establecida a favor del padre. Según la investigación, esta situación podría ser uno de los motivos del secuestro y posterior muerte de las víctimas.
Fueron a la zona personal de Criminalística y de Laboratorio Forense para levantar evidencias; también la fiscala Ocampos, quien podría cambiar la carátula de la imputación por homicidio doloso.
Están con prisión preventiva y con imputación por secuestro y asociación criminal Jozemar Borba Pruzzak (26), Josemar Borba Pruzzak (30), Yésica Patricia Hoffmann López (23), ex pareja de Félix Paredes Dresch, uno los nietos de Alecio; Darcy Longarett (41), Revair Ramos Ferreira (36), Edson Duarte Ferreira y Reineiro González González (42).
Una semana después fue detenido en Paraguarí David Pruzzak de Freitas, quien había indicado el lugar donde fueron enterradas las víctimas; sin embargo, en esa oportunidad no hallaron los cuerpos.
Los restos fueron trasladados en helicóptero a la Morgue Judicial de Ciudad del Este para la autopsia.
Comunidad habla de problema de distribución de bienes
Desde aquel 23 de octubre cuando Alecio Dresch y su nieto Leonardo Farías fueron secuestrados, la pequeña comunidad de la Colonia Margarita del distrito de Nueva Toledo, Departamento de Caaguazú, hablaba de un problema familiar y se especulaba sobre un drama de disputa por bienes.
Una de las hijas de Alecio Dresch se había separado de su marido, un paraguayo que antes de casarse no tenía absolutamente nada y todo lo que fue ganando fue gracias al trabajo de los Dresch.
El paraguayo, de apellido Paredes, fue descubierto siéndole infiel a su esposa, una de las hijas de Alecio Dresch. Luego vino la demanda de divorcio que salió a favor de la hija del colono brasileño.
La mujer se quedó con las tierras que anteriormente ya pertenecían a su familia, con los grandes negocios que el matrimonio tenía en común.
Para Paredes, solo quedó algún negocio de poca importancia, situación que no le gustó, ya que pretendía quedarse con todos los bienes, pero tuvo revés judicial.
Según se comenta en la zona, varios colonos le escucharon decir que la cosa no iba a quedar así, como queriendo vengarse de la familia.
La Colonia Margarita es chica y todos se conocen, por lo que dicha situación fue el comentario general
luego de registrarse el secuestro que terminó con el asesinato de abuelo y nieto.