Como una especie de prueba televisiva de ADN, la paternidad de “Monchito” fue confirmada por Enrique Segoviano, director del “Chavo del 8”.
El mexicano argumentó que el parentesco entre los populares personajes debía ser explicado en el último capítulo de la serie.  Pero este final de la historia de la vecindad nunca pudo ser grabada por los conocidos problemas que tuvieron los actores y empujaron a Ramón Valdez a abandonar la serie televisiva.

El travieso Ramón
Chespirito, el creador de El Chavo y todos los personajes, sabía que en algún momento debía darle un final a la historia que conquistó a grandes y chicos.  Para el desenlace escribió un guión, que sabía que nadie olvidaría, según Segoviano. El mismo estaba divido en dos partes.

Arrancaría con Don Ramón confesando al profesor Jirafales que mantuvo una fugaz relación sentimental con una mujer que vivía en la vecindad y como fruto del amorío nació el Chavo.
En la segunda parte del capítulo, Don Barriga, cansado de no poder cobrarle la renta, decidió echar a Don Ramón y a la Chilindrina de la vecindad, pero en ese momento aparecería Jirafales para contar toda la verdad sobre el origen de Chavito.