ÁLBUM FAMILIAR. Giménez usó Congreso como agencia de empleo para ubicar a toda su familia.

CELOSA. El otro caso es el diputado Cantero, quien justificó el contrato de su esposa como asesora.Sigue el carnaval en la Cámara de Diputados, donde los legisladores usan como agencia de empleos para ubicar a su familia.

El diputado liberal, Cleto Giménez, no solamente ubicó a sus dos hijas (quienes debían formalizar renuncia), sino también a su esposa, informó anoche Telefuturo.

Se trata de Liz Liliana Rotela quien ingresó como contratada con un salario de G. 4.500.000 bajo el cargo de asesora. Ingresó el 24 de julio del año pasado.

El diputado, quien gana G. 32.770.000, ubicó a sus dos hijas: Johana Denisse con salario de G. 3.300.000 y Danna Maricela con G. 7.700.000. Toda la familia del diputado cuesta mensualmente G. 48.470.000.

El carnaval con la repartija de los cargos públicos estalló con los hijos de nada más y nada menos que el vicepresidente de la República, Pedro Alliana, quien tiene a su hija Montserrat en la cámara Baja con sueldo de G.18 millones y el caso de Alejandro Ovelar, hijo del titular del Congreso, Silvio Ovelar –quien terminó renunciando tras el escándalo–, fue como un aliciente para que diputados de todos los colores, en especial quienes recién se estrenan, también reivindiquen un convite de la torta estatal traducido en cargos públicos.una burla. Uno de esos privilegios le llegó también al diputado de Canindeyú, Benjamín Cantero, quien al igual que otros colegas suyos liberales, pero sobre todos colorados como él, también logró colocar un pariente en la Cámara.

El diputado Benjamín Cantero admitió que su esposa trabaja con él como asesora en la Cámara de Diputados.

Si bien la resolución por la cual la funcionaria, Silvia Noemí Vega, fue nombrada este año a partir de setiembre con un sueldo de G.12.700.000. Este acto administrativo estalló la serie de polémicos contratos, se dio a conocer con la serie de casos que cobraron estado público.

El mismo Cantero reconoció que su mujer entró sin concurso alguno bajo el criterio de ser de su “confianza”.

Ayer, durante una reunión de la Comisión Permanente, Cantero al ser abordado sobre si el hecho de que su esposa trabaje para él por orden y cuenta de la Cámara no configura nepotismo, el parlamentario se burló diciendo que no fue él quien la contrató, apelando al mismo atajo infantil de otros parlamentarios que buscan instalar que este tipo de hechos se dan sin su consentimiento ni conocimiento.

“Ella es contratada por la Cámara de Diputados y no por mí”, expresó utilizando el mismo argumento vertido por otros políticos, que tienen familiares ocupando cargos en el Parlamento, como el caso de la diputada liberal Roya Torres.Además, hizo una rara defensa del porqué optó por su mujer para que ejerza como su asesora y no otra persona.

“No puedo traer a otra chica, una profesional. Okaita la che róga si estoy tres días acá con otra mujer. Ella (su esposa) lo merece. Cualquiera quisiera trabajar con su marido”, dijo el diputado colorado.

También se le consultó acerca de si no es poco ético tener ese vínculo laboral, más aún cuando ya el Estado le paga unos G.37 millones mensuales. Contestó, sin ningún rubor que no y volvió a decir que su cónyuge merece el puesto por ser “profesional”.

El legislador indicó que su esposa es abogada y que ya viene trabajando con él desde la campaña electoral.

Senado. También el Senado está salpicado por prácticas que configuran nepotismo o tráfico de influencias.

Ayer, el diputado Carlos María López señaló que había sido el actual senador Derlis Maidana en su época de diputado quien pidió por la contratación del hijo de Silvio Ovelar.

Su tarea radica en realizarle las fotos a la parlamentaria.Con estas prácticas queda al descubierto de que más allá de que ambas cámaras se hayan renovado de nombres, las viejas prácticas y privilegios a los que apelan los parlamentarios son los mismos que se acarrean desde hace años.

En estos días, saltaron varios casos de hijos de legisladores y otros políticos que fueron nombrados como asesores en la Cámara de Diputados, generando la indignación de la ciudadanía.

Para el presidente Santiago Peña, esto no viola las leyes de nepotismo y tráfico de influencias, pero sí representa un “problema ético y moral