La incansable búsqueda de justicia y verdad llegó a un punto crucial con la identificación de los restos del catequista paraguayo Daniel Esquivel, desaparecido durante la última dictadura militar argentina. Este hallazgo representa no solo el cierre de un capítulo doloroso para su familia, sino también un testimonio de la persistencia en la lucha por la memoria histórica.

Una vida dedicada a la fe y el compromiso social

Daniel Esquivel nació el 3 de enero de 1945 en Quyquyhó, Paraguay, junto a su hermana melliza Genoveva. Su historia refleja el recorrido de muchos paraguayos que, en busca de mejores oportunidades, cruzaron la frontera hacia Argentina. En 1970, se estableció en Villa Caraza, Lanús, donde desarrolló una intensa labor social como electricista y catequista, participando activamente en la Juventud Obrera Católica y el Equipo de Pastoral Paraguayo en Argentina.La noche del 2 de febrero de 1977 marcó un antes y un después cuando fuerzas de la dictadura irrumpieron violentamente en su vivienda. Esquivel fue trasladado a la Brigada de Investigaciones de Lanús, donde soportó dos meses y medio de cautiverio y torturas antes de su trágico desenlace el 22 de abril de 1977.

El largo camino hacia la verdad

La identificación de sus restos fue posible gracias a una exhaustiva investigación del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). En 2005, se exhumaron dos fosas comunes en el cementerio de Lomas de Zamora, revelando los restos de ocho personas. Mediante análisis de ADN y la comparación con muestras de familiares, finalmente se pudo confirmar la identidad de Daniel Esquivel.Este hallazgo representa un importante avance en la recuperación de la memoria histórica y la búsqueda de justicia para las víctimas de la dictadura. La Comisión Daniel Esquivel ha iniciado una colecta para construir un mausoleo en la Parroquia Nuestra de los Trabajadores, que servirá como espacio de memoria y homenaje