Luego de ser detenido por agentes de la Sub Comisaría 014 de Minga Guazú, Javier Ramos Alarcón fue imputado por violación a la ley de armas y coacción grave, por haber amenazado a una familia con un arma el fin de semana.

El fiscal del caso expresó que «nadie puede hacer justicia por mano propia, mismo siendo personal de seguridad. Solo las fuerzas del orden y personas autorizadas por Dimabel pueden portarlo», y que el único caso en el que se puede utilizar es en defensa propia, cuando hay un peligro de vida inminente, «pero esta familia no tenía armas», dijo.

«Por suerte ninguno reaccionó mal, porque sino, podía haber hecho que lamentar. El padre de familia no cuenta con antecedentes», finalizó, tras ordenar la prisión preventiva.

Por su parte, el detenido asegura que no tuvo intenciones de hacer daño a la familia, sino que solo quería asustarlos. Expresíó que todos los días hay asaltos en la zona, lo que tiene cansados a los vecinos. Confesó que un día antes, una mujer y tres hombres habían cometido otro atraco en la zona y que la pareja tenía características similares. «Cuando les ví, les seguí y les encaré por eso. Después volví a casa y ellos vinieron a reclamarme, por eso salí con el arma y yo mismo grabé el vídeo para tener pruebas de ellos», expresó.

En otro momento dijo que el arma no es de fuego, sino que de aire compromido. «Fue un momento de ira y me perdí, pero estoy a disposición», sentenció.