Después de 580 días en prisión, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva dejará la superintendencia de la Policía Federal en Curitiba. El juez Danilo Pereira Junior autorizó este viernes la libertad, tras el pedido de la defensa.

El Tribunal Federal de Curitiba aceptó la solicitud anterior presentada por la defensa del expresidente, con base en el fallo de la Corte Suprema que ayer jueves anuló la prisión después de una condena de segunda instancia.

Lula recibió por la mañana una visita de su abogado, Cristiano Zanin Martins, y el presidente del partido, Gleisi Hoffmann. Durante la tarde, el excandidato presidencial Fernando Haddad y la hija del expresidente Lula, Lurian, también conversaron con el presidente en su celda durante un año y seis meses en la sede de la Policía Federal de Curitiba, según reportó el portal www.extraglobo.com.

A su vez, EFE informó que la Justicia brasileña autorizó este viernes la libertad del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, encarcelado desde hace 1 año y 7 meses, después de la decisión adoptada la víspera por el Tribunal Supremo de Brasil.

La excarcelación de Lula fue solicitada hoy por su defensa, en base a un fallo adoptado la noche del jueves por la máxima corte del país, que, en una ajustada votación por 6 a 5, determinó que la prisión de una persona condenada antes de que se agoten todos los recursos es inconstitucional.

Lula se encontraba entre rejas desde el 7 de abril de 2018, cuando comenzó a cumplir una pena de ocho años y diez meses por corrupción tras ser condenado en segunda instancia, acusado de recibir a manera de soborno un apartamento de playa de la constructora OAS a cambio de beneficios para la adjudicación de contratos con Petrobras.

La sentencia fue confirmada luego en una tercera instancia, pero aún le resta una apelación ante la Corte Suprema, que ya presentó, pero sobre la cual el Supremo todavía no se ha pronunciado. Lula se benefició así del fallo de la Corte, que anuló una jurisprudencia que había establecido en 2016 y con la que había autorizado ejecutar una pena de prisión después de que ésta se confirmara en segunda instancia, pese a que en esa fase quedaban aún dos apelaciones pendientes en tribunales superiores.

Según la nueva decisión, la prisión solo podrá ordenarse cuando, como establece la Constitución, se complete el “ tránsito en juzgado ” (“cosa juzgada” en español) y se hayan agotado todos los recursos posibles, con lo que la culpabilidad estará plenamente determinada.

Los integrantes de la operación Lava Jato, la mayor investigación contra la corrupción en la historia de Brasil, rechazaron la nueva decisión del Supremo y expresaron su temor de que “afecte a los resultados de su trabajo”.

Fuera, en las inmediaciones de la cárcel en Curitiba miles de simpatizantes del expresidente celebraron la decisión del Tribunal y permanece en vigilia ante la salida de Lula de la penitenciaría. Con el transcurrir de los minutos la expectativa crece en el grupo que aguarda la liberación de da Silva.