Don Amancio Vargas padre del joven manifestó que le compraron un caballo al muchacho para que deje de lado las carreras , con la intención de que deje de lado las motos. “La velocidad era su pasión, era su última carrera”, mencionó el papá. “Él estaba consciente del peligro, hace dos años me dijo que si él chocaba se iba morir. 90% de probabilidad tenía de morir y lo sabía”, aseguró.

El señor recordó lo que le había pedido. “Le dije: no te quiero alzar como a un perro de la calle; él me abrazó, me dijo que era su pasión y sonrió; lastimosamente así fue”, lamentó don Amancio. La noche del accidente, sus familiares no estaban al tanto de la picada que iba a jugar. “Estaba trabajando acá, ese día bailó, se estaba despidiendo había sido”, manifestó el papá.

Vargas lamentó lo que pasó, ya que Albert estaba por salir de ese mundo y aseguró estar orgulloso de él. “Es su pasión y estoy orgulloso de él porque se murió haciendo el deporte que le gusta”, afirmó.

Amigos, familiares y compañeros de carrera lo despidieroncon una caravana.