El gobierno envió 40 camiones de ayuda humanitaria a Río Grande do Sul, Brasil, para asistir a los afectados por las inundaciones que han dejado al menos 169 muertos.

El gobierno de Paraguay, bajo la administración del presidente Santiago Peña, ha demostrado su solidaridad con Brasil al enviar 40 camiones de ayuda humanitaria a Río Grande do Sul, una región que ha sido duramente afectada por las devastadoras inundaciones que han dejado al menos 169 muertos y más de 800 heridos. El convoy cruzó este miércoles el Puente de la Amistad, que une Ciudad del Este con Foz de Yguazú, en un acto de recibimiento por parte de autoridades de ambas naciones.

En un mensaje a través de la red social X, el mandatario paraguayo expresó: “Paraguay no se va quedar de brazos cruzados en esta penosa realidad. Estamos con Brasil, porque nos une una fuerte amistad y porque cuando estamos unidos no hay adversidad que no podamos enfrentar”. Estas palabras reflejan el espíritu de solidaridad y hermandad que caracteriza a Paraguay en momentos difíciles.

Por su parte, el canciller Rubén Ramírez Lezcano resaltó que este gesto del Gobierno paraguayo se enmarca en la construcción de una integración que permita a ambos países abordar desafíos cotidianos. “El señor presidente de la República, con una firme decisión ha logrado construir esta hermandad que se va demostrando con actos fehacientes de que estamos juntos”, afirmó el jefe diplomático.

 

Las autoridades brasileñas han agradecido a Paraguay por la ayuda humanitaria proporcionada a los ciudadanos afectados por las inundaciones en Río Grande do Sul. El Ministerio de Relaciones Exteriores del vecino país destacó el gesto a través de su cuenta de Itamaraty en las redes sociales.

La situación en Río Grande do Sul sigue siendo crítica, con alrededor de 2,3 millones de personas afectadas por las lluvias, de las cuales 581.000 han tenido que ser reubicadas y otras 55.000 han perdido sus hogares. Además, hay más de 100.000 afectados por los cortes de electricidad y casi un centenar de carreteras o vías de acceso han quedado inutilizadas. Las precipitaciones continúan cayendo desde hace un mes, lo que ha impedido que el nivel de agua de ríos y embalses descienda.

En las zonas donde el nivel del agua ha bajado, como en algunas partes de Porto Alegre, capital del estado, los servicios de limpieza se han enfrentado a grandes cantidades de basura, animales muertos y todo tipo de inmundicias, lo que ha aumentado los riesgos de contraer enfermedades. En este contexto, la ayuda humanitaria enviada por Paraguay se vuelve aún más valiosa para aliviar el sufrimiento de los afectados y contribuir a la reconstrucción de las áreas devastadas.

Fuente: La Nación