Contó que todos fueron llevados hasta una habitación de la estancia ya entrada la noche y unos 15 minutos después escucharon los disparos. Posteriormente, lograron salir del encierro y recién allí se dieron cuenta que el hijo del dueño del establecimiento fue llevado por los captores.

Castel negó que su patrón haya vendido su propiedad, sin embargo reconoció que tenía intenciones de vender su establecimiento pero que el negocio no pudo concretarse.