Un interno de la granja penitenciaria Ko’e Pyahu, ubicada al lado de la cárcel de Tacumbú, se fugó de la prisión para denunciar ante un medio de comunicación supuestos hechos de corrupción dentro del recinto carcelario. Aseguró que tuvo que pagar G. 5 millones por una habitación y que un preso «comanda» la cárcel.

César Arévalos, quien dijo ser un preso condenado a 10 años de cárcel «por estafas», se fugó de la granja penitenciaria Ko’e Pyahu, ubicada detrás del penal de Tacumbú, para denunciar una serie de supuestos hechos de corrupción dentro de ambos recintos carcelarios.

«Soy un PPL (Persona Privada de Libertad), como dicen ellos, un interno, que me acabo de fugar de la granja Ko’e Pyahu, pero hoy en día más bien se llama Ka’u Ko’e, porque es más bien farra, chupi, droga todas las noches. Uno paga por salir y hace lo que quiere. Es cualquier otra cosa, menos un establecimiento penitenciario», aseguró Arévalos al SNT, adonde llegó para denunciar hechos de corrupción en el sistema penitenciario.

El hombre afirmó estar «harto» de las diversas irregularidades dentro de la granja penitenciario y responsabilizó de esto al actual director, Ángel López. «Él (López) es director para los papeles, más bien un interno es el que comanda y hace todo lo que quiere», aseguró.

Sobre el punto, contó que fue víctima de robo de sus pertenencias por parte de otro preso en tres ocasiones, sin que el director haga algo para castigar o investigar los hurtos.

Arévalos dijo estar «a meses» de cumplir la totalidad de su condena ya que está preso desde hace nueve años. Antes estuvo dentro del penal de Tacumbú y hace tres meses pasó a Ko’e Pyahu, con un regimen semiabierto.

«La persona que me robó me dijo: ‘eperdékuaante va’erâ’. No aguanté y le tiré un mango. Por tirarle un mango a una persona me van a trasladar a un regimen cerrado», contó el hombre.

«Todo se paga»

Arévalos contó que conoce a Ángel López hace varios años, ya que cuando él estaba preso en Tacumbú, López era «calabocero».

«Él era calabocero del penal de Tacumbú, ese era su trabajo. Vos le pagas G. 10.000, salís afuera a batallar y después volvés a tu calabozo. Él está acostumbrado a eso», relató el interno.

En ese sentido, denunció que tanto en Tacumbú como en Ko’e Pyahu «todo se paga».

 

Ni siquiera dan cocido con leche, pero todo se vende ahí. Todos los dias le hace cenar a los muchachos tortilla y lo único que hace es facturar.

«A mi me cobraron por una karasha de habitación G. 5 millones. La habitación es tuya una vez que pagas pero todo lo que reformás corre a costa tuya. Cuando querés salir los fines de semana tenés que acercarte a la oficina del director. Si querés salir, tenés que pagar: G. 500.000. Cuando tenía, pagaba, o sino salía por atrás, como hice ahora», aseguró Arévalos.

También dijo que hoy en día se paga hasta G. 10 millones por habitación en la granja y que poco antes de hacer la denuncia ante el medio de comunicación, recibió amenazas de «un funcionario» de la cárcel.

Finalmente, el hombre fue detenido frente al canal y llevado a la Comisaría 1ª Metropolitana. Según informaron, el hombre será trasladado al penal de Emboscada.

Ministerio dice que se fugó porque lo iban a trasladar

El viceministro de Política Criminal, Rubén Maciel, afirmó a la 1020 AM que Arévalos efectivamente era un preso de la granja penitenciaria y que contaba con un régimen semiabierto.

En ese sentido, señaló que sí es fácil salir de la granja, debido a que solo hay que pasar una valla, pero que es limitada la cantidad de presos en ese recinto, ya que solo pueden ir aquellos con régimenes más abiertos y con buena conducta.

De acuerdo con lo que funcionarios penitenciarios le informaron, Arévalos violó el reglamento interno y por eso se pidió su traslado a Tacumbú. Supuestamente esta es la razón por la que se fugó, comentó el viceministro.