Jorge Samaniego, presidente de Reimpex, confirmó que Jorge Fernández, supuesto CEO de Lamborghini, le propuso adquirir partes de autos chinos y ensamblarlos acá, para luego colocarles la marca italiana.

En charla con la radio 730 AM, el empresario del rubro automotor recordó que en 2014 tuvo un acercamiento con los representantes de Lamborghini (el verdadero), porque en nuestro país registró una motocicleta con un nombre que la firma italiana quería usar también para un automóvil. En esa ocasión se llegó a un acuerdo entre ambas empresas ya que no estaban produciendo lo mismo.

Samaniego sostuvo que años después, en el 2017, Jorge Antonio Fernández García, quien se identificó como presidente de Lamborghini Latinoamérica SA, quiso asociarse con él, pero que se negó al considerar que se trataba de un engaño.

“Me avisaron que el presidente de Lamborghini me quería visitar. Nderasóre dije yo, vamos a tener varios autos de regalo”, indicó y dijo que ilusionado avisó a su personal que todos iban a tener un automóvil de esa marca muy pronto, recordando el acuerdo que había llegado anteriormente con la empresa verdadera.

Pero grande fue su sorpresa cuando llegó el día de la reunión con el presidente de Lamborghini. “Llega un mexicano con un maletín grande cuadrado y baja sobre mi escritorio una pila de expedientes judiciales con los que dice que tiene un permiso que le dieron hace 30 años para una licencia de uso de marca en México y que él fue haciendo crecer esa firma con más derechos”, recordó.

El presidente de Reimpex indicó que el visitante le propuso utilizar su fábrica de ensamblaje para traer vehículos chinos y colocarle la marca Lamborghini. “Me dijo: lo que vamos a hacer es traer un auto de las 400 fábricas que hay en China, le vamos a sacar su marca original, vamos a convertir en Lamborghini y vos vas a montar acá en Paraguay y nosotros vamos a vender como Lamborghini”.

Samaniego se mostró sorprendido y le aclaró que los paraguayos conocían la marca en cuestión, a lo que el supuesto CEO aseveró que todo será legal, porque insistía en que iba a registrar la marca en nuestro país. “Me di cuenta que era un engaño, a los 15 minutos se terminó la reunión y este señor desapareció”, acotó.

Sostuvo que le llamó poderosamente la atención al ver al mismo empresario junto con el presidente Mario Abdo en el Palacio de López. “Al verle a él en la foto ya me reí y dije: ‘Qué pifiada hizo el pobre Presidente’”, agregó.