El doctor Pablo Lemir, médico forense del Ministerio Público, brindó en la noche de este lunes detalles de la autopsia de cinco cuerpos, entre ellos, el de Osvaldo Villalba, cabecilla del grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo, abatido en un enfrentamiento el domingo último.

El médico forense Pablo Lemir manifestó que a través del Sistema automatizado de identificación de huellas dactilares (AFIS) lograron identificar a Osvaldo Villalba, líder máximo del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), de cuyo cuerpo se extrajeron tres proyectiles de arma de fuego que serán analizados por balística.

Comentó que se tomaron tomas de muestras de las manos, tomas de materiales de las heridas de armas de fuego, determinación de orificios de entrada y salida.

«Presentaba una totalidad de 16 orificios de entrada, cuatro orificios de salida, un total de 20 orificios. Todos los disparos fueron de larga distancia», expresó en una conferencia de prensa.

Posteriormente, se pudo identificar a otro de los fallecidos como Luciano Argüello, cuyo cadáver fue encontrado con un celular, con dos memory card que fueron lacradas para su posterior extracción de datos.

Dentro de su chaleco táctico se hallaron dos cargadores de municiones para fusil, uno de ellos estalló en el enfrentamiento porque un impacto rompió la carcasa y salió el resorte. El hombre recibió un total de tres impactos de proyectil de arma de fuego, todos de larga distancia.

A otro de los fallecidos se le realizó la autopsia oral que determina que se trata de una persona de parcialidad indígena que estaba vestida con prendas de corte militar, sin embargo, su identidad aún no fue confirmada.

El cadáver que está en reserva dentro de la morgue presentaba dos orificios de entrada y dos de salida, uno era un disparo de larga distancia en la región lumbar y tenía un disparo más cercano en la parte del cráneo.

Otro de los fallecidos es una persona indígena que aún no se tiene una identidad establecida y solo se tiene una aproximación a la identidad a través de métodos secundarios, en este caso, de dos cicatrices, una en el miembro superior y otra en la región inferior del labio.

Esta persona fue identificada por sus familiares y presenta nueve heridas de proyectil de arma de fuego, todas de larga distancia.

La última víctima es Rodrigo González González, también parcialidad indígena que presenta seis orificios, tres de entrada y tres de salida en distintas partes del cuerpo y sobre todo en el tórax y en el miembro superior. Todos los disparos contra él fueron de larga distancia.

El médico dijo que en los dos indígenas encontraron lesiones contusas, correspondientes a golpes, en el rostro y en el cráneo. Manifestó que son lesiones no compatibles con un hecho de enfrentamiento.