Cerro Porteño rescató una paridad sin goles en el Pedro Bidegaín con San Lorenzo de Almagro, marcador que parte a la mitad sus posibilidades, ya que en el desquite, cualquiera de los dos puede verse beneficiado por los goles que eventualmente marquen.

Tal es así que la mayor responsabilidad ahora es para el equipo paraguayo, que con cualquier ventaja pasa a Cuartos de Final.

Pero debe sostener el arco inmaculado, algo para el cual necesita hacer un trabajo de marcación eficaz y de esa manera asegurar la serie.

Cerro Porteño tuvo ocasiones para inclinar la balanza. Dos de esas fueron las más propicias y se registraron al inicio del juego y al final del mismo.

La que se dio casi al cierre la tuvo Federico Carrizo, quien anuló al arquero local con remate elevado pero encontrando a Fabricio Coloccini bien ubicado para quitar in extremis el balón.

San Lorenzo no hizo demasiado daño en ofensiva. Pesó la falta de ritmo porque este era su primer partido oficial del semestre y más por guapeza que por limpidez táctica sostuvo cierto nivel de equilibrio.

La ventaja que tuvo fue a partir de los 65’, cuando Alberto Espínola comete una fea falta en la mitad de la cancha contra Héctor Fértoli.

Roberto Tobar consulta con el VAR y al corroborar la acción echa al paraguayo. La minoría de hombres fue una ventana que se abrió al Ciclón de Boedo para ejercer mayor presión en ataque, pero aquello tampoco incidió en un desequilibrio en el score.

En líneas generales terminó siendo un partido con mucho equilibrio de fuerzas. San Lorenzo demostró que aún está falto de homogeneidad y Cerro, que ya viene en ritmo de competencia y consolidando al equipo puede quitar rédito de ello y sellar el pasaporte a Cuartos con comodidad si se propone.