“Teníamos 5.000 cintas de grabaciones encubiertas, más que eso, realmente. Teníamos probablemente cientos de miles de pruebas. Estaban en un contenedor, lleno. Cada una de esas piezas tienen una etiqueta marcada como evidencia. Todas ellas quedaron registradas en documentos de ATF”, manifestó Lesnak en su declaración judicial el 22 de marzo de 2016 en una Corte judicial de Carolina del Norte. Se refería así a las evidencias colectadas dentro de la “Operación Bristol”, que se suspendió llamativamente en el 2013, cuando Horacio Cartes fue elegido como presidente de la República.

Lesnak dijo también que fueron varias las agencias federales que investigaron a empresas del Grupo Cartes. Detalló que la decisión del operativo provino “de los más altos niveles del Departamento de Justicia” y que el operativo, que duró entre 2006 y 2013, era renovado año tras año por la Fiscalía General de los Estados Unidos. El exfuncionario de ATF indicó además que el buró elevó varios informes confidenciales al Congreso sobre los resultados de esta investigación.

Lesnak señaló que Tabacos USA, empresa del grupo Cartes, era “una entidad sospechosa para agencias del Gobierno de los Estados Unidos en algún punto”. Jason Carpenter fue uno de los informantes que tenía Lesnak para conducir la operación. Los otros dos eran Timothy Carpenter, hermano de Jason; y Christopher Small.

En el documento oficial se refieren con frecuencia a una empresa como “Objetivo A”, sin nombrarla, pero en la conversación entre Lesnak y los interrogadores se infiere que la misma es Tabacos USA.

Lesnak contó también que reclutaron como informantes a Jason Carpenter y a Christopher Small en el 2006, pero que él se hizo cargo de ellas recién en el 2007. Estas dos personas eran empresarios del rubro tabacalero que ATF usaría como fachada para indagar sobre ilícitos como “el crimen organizado chino (…) importadores y exportadores corruptos dentro y fuera de los Estados Unidos (…) sobre el crimen violento y el narcotráfico”.

Jason Carpenter aseveró en su declaración testifical que ATF, el FBI (buró de investigaciones) y la DEA (agencia antidrogas) de los Estados Unidos sospechaban que Tabacalera del Este SA estaba implicada en narcotráfico, lavado de dinero y contrabando. Indicó que la acusación tenía vínculos con “cigarrillos dentro de la Triple Frontera, Argentina y Brasil, contrabandeados hacia Aruba, hacia Panamá, a Belice, un montón de lugares”.

La investigación 

La “Operación Bristol”, que tenía el nombre clave de “DLG” para el Gobierno de EE.UU., se llevó a cabo entre 2006 y 2013, aunque la franja de investigación a las empresas del Grupo Cartes se hizo desde 2008. De acuerdo a las declaraciones de los infiltrados, que fueron tres en total según los documentos, el objetivo del trabajo encubierto era el de detectar ilícitos en empresas tanto fuera como dentro de los Estados Unidos. El caso fue conocido luego de una publicación hecha por el diario The New York Times el viernes último.

En los testimonios se describe cómo se hacía la exportación de cigarrillos Palermo, una marca de Tabesa, a través de múltiples empresas en los EE.UU. Parte del cargamento –dijo Jason Carpenter– era vuelta a exportar a otros países con el objetivo de evadir impuestos.

La venta de los cigarrillos fue hecha desde Tabesa SA a Tabacos USA, subsidiaria de la empresa de Cartes en los EE.UU., indicó Carpenter en declaración que se hace constar en documentos oficiales. Tabacos USA volvía a vender el producto a una empresa que se llamaba

Lorali, donde un intermediario llamado Paul Mendosa hacía las gestiones. El infiltrado detalló que parte del producto era exportada nuevamente al exterior de los EE.UU. y otra parte quedaba en un depósito que Tabacos USA tenía en Bristol, Virginia.