Un comerciante asesinado en Ciudad del Este tenía varios antecedentes penales y se investiga como posible sicariato. La policía sospecha que el ataque fue premeditado, ya que la víctima llegó a su vivienda y fue asesinada en un corto período de tiempo, sin que los vecinos escucharan los disparosInvestigadores de la Policía Nacional, manejan como principal hipótesis que el asesinato del supuesto empresario Félix Santiago Sosa Rolandi (56), haya sido por encargo.

Ayer, se confirmó que el ahora fallecido registraba cuatro antecedentes que van desde amenaza, exposición al peligro, abuso sexual y tráfico de drogas. El autor, al parecer ya lo estaba esperando, y lo mató de cuatro balazos. Lo raro es que sus vecinos no hayan escuchado los disparos.

 

La versión de los agentes policiales se refuerza en que la camioneta de la víctima fue abandonada poco tiempo después tras cometer el asesinato.

La policía accedió a las filmaciones, se puede confirmar que el vehículo del ahora fallecido llega a la casa alrededor de las 11:54 y se retira cerca de las 12:24, es decir permaneció casi media en el lugar del suceso.

 

La sospecha de los intervinientes, es que el autor del hecho ya habría estado dentro de la casa aguardando a su víctima, pero tampoco descartan que el infortunado haya llegado también con Sosa Rolandi.

Al menos, hasta el momento la hipótesis más fuerte es que se haya tratado de un caso de sicariato.

Tras ser inspeccionado el cadáver se pudo constatar que acusó en total cuatro impactos de bala en diferentes partes del cuerpo. En el lugar la policía no encontró ninguna vainilla servilla. Otro punto que llama la atención los investigadores es que los vecinos no han escuchado los disparos.“Cabritero”

Ayer se pudo confirmar que el comerciante fallecido registra cuatro antecedentes penales, llegó a estar preso por tráfico de drogas, estaba privado de su libertad en la penitenciaría de Misiones, sitio donde ahora estaba contando con un local comercial donde se dedica a la venta de cubiertas y llantas, viajando periódicamente a la zona.

Los antiguos policías también lo conocen con el alias de “Chucky”, una persona que anteriormente se dedicaba al auto tráfico (cabritero), es decir comercializaba vehículos robados en el Brasil.