Después de un año y medio de la desaparición y hallazgo de un cráneo, el laboratorio forense de la Fiscalía confirmó que los restos pertenecen al enfermero desaparecido en Azotey. La hipótesis es que después de asesinarlo, lo quemaron.

El 10 de mayo de 2019, en las inmediaciones de la estancia la Gringa, localidad de Azotey, departamento de Concepción, Bernando Gómez Candado (36) y su tío Aurelio Gómez (54) salieron de cacería.

Repentinamente, Bernardo se perdió y nada se volvió a saber de él. Dos meses después, el 8 de julio 2019 encontraron un cráneo a 1.200 metros del lugar de la desaparición.

Hoy, a pocos meses de cumplirse dos años de lo acontecido, el laboratorio forense del Ministerio Público confirmó que ese cráneo pertenece al enfermero Bernardo Gómez.

“Probablemente después de ser asesinado fue quemado, vamos a entrar a buscar dónde pudo haber sido enterrado”, explicó el fiscal Samuel Valdez, en comunicación con el canal Gen.

Se desconoce el móvil del crimen, ya que los familiares aseguraron que Bernardo no tenía problemas con nadie ni había recibido ninguna amenaza.

Bernardo trabajaba en el Centro de Salud de Azotey. Tenía una pareja y un hijo.