Cuba vota hoy su nuevo Parlamento, de donde saldrá en abril el sucesor de Raúl Castro como «presidente del país, pero no como detentador del poder real en el régimen comunista.

Raúl Castro votó en la provincia de Santiago de Cuba, mientras el vicepresidente primero y su posible sucesor en el honorífico cargo, Miguel Díaz-Canel, un ingeniero de 57 años de lenta pero eficaz carrera en la escalera del poder cubano, lo hizo en Santa Clara.

El poder real en la dictadura cubana reside en el Partido Comunista, único que tiene derecho a existir en Cuba, y que detenta todo el control del país.

El proceso es el mismo cada cinco años. Son 605 candidatos designados para igual número de escaños en la Asamblea Nacional, con el resultado sabido de antemano.

Una votaciones hechas para vender la imagen de una «democracia popular», el nuevo rostro que la «dictadura del proletariado» comunista inventó hace unas décadas, pero manteniendo el férreo totalitarismo que defiende esa ideología.

Se trata de los primeros «comicios generales» sin Fidel Castro, fallecido en 2016, quien gobernó la isla como presidente desde 1976 hasta 2008, siempre ratificado por la Asamblea Nacional o Parlamento. Luego, asumió su hermano Raúl.

El cambio “supone un reto pero es la ley natural de la vida. Ya estamos viejos y hay que retirarnos (…) Es el momento idóneo. Raúl va a seguir como primer secretario del Partido Comunista, entonces el que salga (electo presidente) va a estar bien orientado”, dijo el teniente coronel retirado Rigoberto Celorio, de 82 años.

Será en abril cuando la nueva Asamblea Nacional elija entre sus miembros a los 31 integrantes del Consejo de Estado, liderado por el nuevo presidente de Cuba.