Unos 36 perros fueron asesinados a balazos en una estancia en el Chaco, según la denuncia pública hecha por la Dirección Nacional de Defensa, Salud y Bienestar Animal. Encargados de la institución se constituyeron en el sitio luego de que se viralizaran imágenes en las redes sociales.

Fotografías de perros apilados en un pastizal circularon ayer a la siesta en redes sociales. Tras este hecho, personal de
la Dirección Nacional de Defensa, Salud y Bienestar Animal averiguó dónde quedaba la estancia en donde ocurrieron los hechos y se trasladó hasta el sitio, que se encuentra en el Chaco.
Al llegar ahí los intervinientes buscaron hablar con el dueño del establecimiento Marcatrebol, pero les señalaron que este no se encontraba, así como tampoco el encargado del lugar. Vía contacto telefónico pudieron hablar con el encargado saliente, quien sostuvo que cuando estuvo en la estancia se llevaron a cabo vacunaciones pero dijo desconocer la matanza de animales.

No obstante, reconoció haberse enterado del hecho por redes sociales. Seguidamente, señalan desde la dirección estatal quealgunos empleados del lugar, cuyos datos omitieron por temor de los mismos, confirmaron que días  estuvo allí un veterinario que se encargó de matar a balazos 36 perros.
Según este testimonio, el hombre recibió G. 150.000 por perro muerto y G. 300.000 por perra preñada. Para cobrar dichas sumas, el mismo tuvo que tomar fotografías y enviarlas a “su patrón” para recibir el pago.

Lo más llamativo es que la matanza de los animales se perpetró con arma de fuego, entre las casas donde residen los
empleados, a plena luz del día y relataron que incluso muchos niños que rondaban el lugar vieron el hecho y lamentaron la muerte
de sus mascotas.
El propio titular de la institución encargado de proteger a los animales confirmó que en horas de la madrugada estaban saliendo de la estancia, tras realizar la intervención, de la cual se labró con el fin de judicializar el hecho.
La estatal también confirmó la existencia del documento viralizado, que supuestamente debían firmar los empleados sobre las limitaciones de tener un perro por familia y sobre la posibilidad de “eliminar” a las mascotas en caso de que se escapen o no
tengan dueños.