SAN JOSÉ DE LOS ARROYOS, Dpto. Caaguazú.- tras una llamada via celular recibida en la oficina de Denuncias dependiente del Ministerio Público, con asiento en esta ciudad, por parte un lugareño sobre un caso de tala de árbol en el predio de un establecimiento educativo de este lugar, de inmediato solicitaron a los agentes policiales de la Sub Comisaría 046 de Yhaca, a los objetos de constituirse en el referido lugar, para constatar el hecho. El manifiesto señala, que el Abg. Orlando Benítez, tras la llamada recibida por celular informando del hecho, este a su vez se comunicó con los agentes del orden de esa comunidad alrededor las 07:50, de hoy viernes 06 de enero, que en el predio del Colegio Nacional Yhacá se estaba realizando tala de árbol, específicamente eucaliptus, sin autorización de los organismos responsables, y en forma ilegal. Los uniformados una vez constituidos en el lugar mencionado, pudieron constatar que efectivamente que ya fue derribada una planta de grandes proporciones, por el motosierrista de nombre Juan Antonio Franco Herrera (57), con domicilio en el barrio San Juan de la ciudad San José de los Arroyos, y estaba a punto de derribar otro más, suspendida a raíz la intervención al no contar con ningún documento respaldatorio para dicha acción, señala el informe policial zonal.
El motosierrista indicó que solo fue contratado por una persona afincada en el barrio San Roque de la ciudad sanjosiana, quien cuenta con un aserradero. Señala el informe que en el momento del hecho se encontraba además en el lugar, la profesora Pabla Esther Santacruz de Barrientos (52), directora del mencionado colegio. En el informe consta la versión de la docente que había negociado con el propietario del aserradero a los efectos de cubrir algunas cuentas de la institución del año pasado, pero que no cuenta con ninguna autorización. También menciona que va parar los trabajos hasta que consiga los documentos que avalen para proceder a negociar. Posteriormente todos se retiraron del lugar, quedando el eucliptus talado en el suelo.
Por: Néstor Ojeda M.