“Los veterinarios no los tocan porque si la mamá siente un olor extraño en los bebés puede rechazarlos. Ellos están muy bien”, expresó la directora al tiempo de resaltar el trabajo de los veterinarios.
Los cachorros tendrán la suerte que no tuvo su madre, según explica la directora. La felina había llegado al zoo cuando era pequeña, rescatada como tantos otros pumas que no debieron ser sacados de los montes.A la primeriza y valiente puma –resalta Llorens– le habían matado a la mamá y como otros creció en la Unidad de Cría del zoo y tiempo después pasó a formar parte con los otros felinos en el hábitat.

Entre los tigres de bengala, jaguarete y pumas estos últimos son más numerosos. Por eso en julio se tiene proyectado inaugurar un nuevo espacio para estos animales, que son más de 20, según la directora.

Rescatados. En el zoo de Asunción cada día llegan animales salvajes rescatados de personas que los tienen ilegalmente, que los compran pequeños principalmente de nativos –como el caso de los pumas– y luego no los pueden tener porque crecen mucho y no se los puede controlar. “Estos no son gatos”, expresa Llorens.

La directora sostuvo que el lugar de los animales salvajes no son las casas, su lugar tampoco es el zoo, “pero no hay otra alternativa” para salvarlos de la muerte porque si lo liberan en su hábitat natural lo matan por el cuero, matan a la mamá para quitarles sus crías y ponerlas a la venta.

“Hay que decir que en el zoo son muy bien cuidados, con mucho cariño. Sin hablar de la comida y el hábitat adecuados y limpios; a todos se los trata muy bien”, señala.

Llorens atribuye el nacimiento de papagayos, tortugas, pumas y tigres al buen cuidado. “Un animal salvaje en cautiverio solo se reproduce si se lo cuida bien”, observa.

La Secretaría del Ambiente trabaja con el zoo de Asunción y la Fundación Maris Llorens ante la cantidad de animales silvestres que se rescatan y reciben atención veterinaria en el lugar.

“Hay que parar con el comercio ilegal de animales silvestres”, enfatiza la directora.