Es lo que deben soportar los pacientes oncológicos que luchan por sobrellevar el calvario al cual son sometidos a diario por la falta de medicamentos para su quimioterapia, a parte de lidiar con una terrible enfermedad como el cancer.

La pandemia nos demostró la fragilidad humana y la vulnerabilidad de un sistema pobre de salud que hoy sigue en cuarentena.
Ya que instituciones como el IPS continúa con la misma práctica corrupta de antaño. Abandonando a su suerte a sus asegurados sin sus respectivas sesiones de quimioterapia y que deben luchar por la compra de medicamentos para que de ésta manera puedan seguir prolongando sus vidas.

Nuestro país cuenta con excelentes profesionales médicos, pero tropezamos con una administración cada vez más indolente, saqueadora y corrupta. Vicios que al parecer forman el propio cáncer del Gobierno actual.

En el Paraguay existe un alto índice de pacientes oncologicos. Y cuando lamentablemente el cáncer toca la puerta de un hogar, las consecuencias son nefastas y en la mayoria de los casos enluta a familias enteras.
Es una enfermedad que afecta no sólo al paciente, sino que también al círculo familiar que debe estar aguantando con fe y estoicismo los azotes de la enfermedad y la inoperancia de un gobierno que hace caso omiso a estas necesidades urgentes y más aún en épocas de campaña política. Donde la propia autoridad máxima del país se olvida de su rol de gobernar, ante la sed de poder e intereses mezquinos al pueblo.

La falta de insumos, los malos resultados, y la falta de recursos, así como la crisis de la seguridad de los pacientes y la crisis de responsabilidad de los gobernantes de turno, constituyen la muestra clara y palpable de la falta de un cambio real de las autoridades de un país que hoy clama, salud, seguro social y una mejor atención para sus asegurados.

 

 

OPINIÓN DE UN SEGUIDOR