Uno de los pocos sobrevivientes de la Guerra del Chaco, Pacífico Espinoza, cumplió ayer 103 años rodeado de familiares y vecinos, que prepararon una fiesta para el excombatiente. El festejo fue acompañado por músicos de las FF.AA.

A las 11:00 el cumpleañero ya estaba impecablemente uniformado de para para’i, portando una de sus medallas. Sentado en la silla de ruedas, don Pacífico miraba con alegría el ir y venir de sus nietos y bisnietos que preparaban el ambiente. De la boca del excombatiente casi ya no salen palabras, pero sus ojos, en armonía con sus gestos faciales, comunicaban su sentir.

Uno de sus dos hijos, Vicente (79), recordó también a su madre, a doña María Josefa, que falleció hace poco tiempo a los 102 años. “Con su ida cambió el ánimo de papá. Ahora duerme durante el día y de noche se pasa despierto. Ya casi no habla y oye muy poco”, señaló. Su otro hijo, el mayor, se llama Crispín (84), y llegó a la fiesta con su esposa.

Pacífico es oriundo de San Juan del Ñeembucú. Apenas concluyó su servicio militar, fue reclutado para el Chaco. “Tenía 17 años y fue a zona de guerra con su hermano mayor Trifón. Estaban comandados por el Cnel. Rafael Franco y peleaban en el frente”, indicó Vicente.

Agregó que fue herido en combate en una de sus piernas y trasladado al hospital de Puerto Casado. Luego de un periodo de permiso, volvió a la guerra. “Una vez que terminó el conflicto retornó a Ñeembucú, luego ya casado y con hijos se instaló en La Colmena. En 1965 vinimos a Asunción. Mi mamá montó una despensa que se llamó ‘Aquí estoy’, muy conocida en la zona de Santa Ana y parte de Barrio Obrero”, recordó Vicente.

La fiesta fue coronada con la llegada de la banda de músicos de las FF.AA., que comenzó a tocar 50 metros antes de la casa, ubicada en 30 Proyectada casi Parapití. A el son de “que los cumplas feliz”, los músicos avanzaron hasta llegar al frente de la vivienda. En ese momento, varios vecinos se unieron a la fiesta.