El Dr. Agustín Saldívar, director del Hospital del Trauma, dio a conocer una increíble técnica de conservación de las amputaciones para que luego puedan volver a ser implantadas.

En entrevista con la radio Universo y el canal Gen, el doctor Agustín Saldívar precisó que cuando ocurre un accidente por manipulación de petardos, casi se pulverizan los tejidos blandos de la mano. Los desgarres son tan graves que en la primera cirugía se busca controlar el sangrado y retirar los tejidos necróticos. Una vez que granula (cuando sale el nuevo tejido como alfombra roja de terciopelo) la mano está preparada para hacer injerto de piel de otro lado.

Refirió que en uno de los casos atendidos durante la Navidad, el pulgar colgaba por la piel del dorso de la mano del paciente, por lo que los médicos intervinientes procedieron a amputarle el dedo y lo guardaron dentro de la grasa del abdomen, de manera a que su “panza” sirva como un banco de tejido, para que en un futuro pueda utilizarse ese dedo nuevamente.

“Cuando tenés una lesión desgarrante, algunas veces parte del dedito queda colgado por la piel pero no tiene una arteria y vena que le nutra porque está destruida. Entonces, ese fragmento óseo puede guardarse en el banco de tejido a 80 grados bajo cero para reutilizarlo, pero en este caso está la posibilidad de hacer un pequeño bolsillo debajo de la piel, ahí en la grasa de la región abdominal de la persona, y dejar encerrado ahí el dedito. También los médicos hacen eso cuando destapan el cráneo, cuando hay hemorragia por contusión, para que el cerebro se expanda y ese casquete del hueso se guarda en el abdomen”, explicó.

En total, el Hospital del Trauma recibió a seis pacientes heridos por pirotecnia este fin de semana, en su mayoría, menores de edad. Algunos sufrieron la amputación de más de un dedo.

Entre los afectados figuran un menor de 13 años, con amputación traumática en el pulgar y en el cuarto dedo de la mano derecha, un chico de 9 años con amputación traumática en el pulgar y con una lesión desgarrante, un niño de 10 años con lesión en el párpado superior del lado izquierdo, debido al uso del fosfórico, y un joven de 21 años con una quemadura en el dedo de la mano derecha y traumatismo ocular.