Los pobladores de la zona, indicaron que Alderete, “visitan”  las viviendas de los lugareños, principalmente en horas de la noche y  delinque, apropiándose de lo que encuentra en el lugar. Pero esta situación se volvió repetitivo desde hace un buen tiempo que mantiene en estado de zozobra al vecindario, debido que además de ingresar en las viviendad, también  de una escuela de la compañía Monte Alto llegó a  sustraer algún objeto de valor. A esto se suma  el colegio de Pueblito San Antonio de donde según los vecinos se alzó con una notebook. La gota que colmó el vaso, según Eligio Franco, lugareño, fue cuando José Antonio, ingresó en horas de la noche en la vivienda de la madre de Sergio Duarte, ubicada en la compañía Monte Alto, de donde se apoderó de un título de propiedad, quienes denunciaron  inmediatamente a las autoridades policiales del lugar,  aprehendiendo al autor del hecho, y traído  de la vivienda de su madre , que está en la compañía Monte Alto.

Luego de recuperar su libertad supuestamente denunció que fue golpeado por los personales policiales, quienes negaron rotundamente tal acusación, manifestando los uniformados  que la misma madre le habría castigado por su mala acción.

Los lugareños, manifestaron que a raíz del peligro que ocasiona su estado de salud y el perjuicio de su acción, conformarán una comisión ciudadana de manera a solicitar de las autoridades correspondientes para que sea internado  de inmediato en un centro asistencial de la capital.

Los lugareños indicaron, que cuando ingiere bebida alcohólica,  se vuelve más peligroso  al mesclar con el remedio que ingiere, sostuvieron.

Unos meses atrás, ya había quemado en horas de la madrugada un tipo casa rodante instalada en la estación de servicio, propiedad de Juan Carlos “Choco” Franco. En la misma funcionaba venta de comestibles y gaseosas.

Meses atrás  se produjo  la quema de la casa rodante ubicada al costado de una estación de servicio, propiedad del Choco Franco, sindicado como supuesto autor José Antonio Alderete.

 

 

 

 

 

 

(Por: Néstor Ojeda Mendoza).-