Joven cruzó el mar de Irlanda en una moto de agua para ver a su novia, pero terminó preso
A Dale McLaughlan, un escocés de 28 años, no le importó que nunca antes en su vida se hubiera subido a una moto de agua. Tenía un objetivo: cruzar el mar de Irlanda desde su país hasta la Isla de Man.
La razón: allí, lejos de él, había quedado Jessica Radcliffe, su novia, ya que ambos habían quedado distanciados cuando se determinó el cierre de emergencia en la región por la crisis del coronavirus.
Entonces, hizo lo impensado: viajó durante 4 horas y media desde Whithorn hasta allí a bordo de su jet ski, realizando algo que nunca antes había hecho. Y más: una vez en la Isla de Man, la travesía continuó, ya que debió caminar casi 25 kilómetros para dar con ella.
El tan ansiado reencuentro, finalmente, se dio: Dale y Jessica pudieron verse nuevamente. Sin embargo, todo terminó de una manera impensada. Las autoridades fueron notificadas del hecho, encontraron al escocés, lo arrestaron y lo enviaron durante cuatro semanas a la cárcel por entrar de manera ilegal a la isla.
Según detalló el Daily Mail, las normas en la Isla de Man -una dependencia autónoma de la Corona británica en el mar de Irlanda- indican que todos aquellos que no sean residentes necesitan un permiso especial para ingresar a este territorio, algo que McLaughlan no tenía.
Eso sí: él había estado allí en septiembre, cuando había hecho el trámite y podido ingresar por un lapso de cuatro semanas, tras realizar una cuarentena de 14 días. Luego, intentó presentar nuevamente los papeles, pero fueron rechazados.
Entonces, decidió comprar la moto de agua y realizar el viaje de todas formas. ¿Cómo fue capturado? Apenas llegó le dio a un oficial la dirección de su novia como si fuera la propia, y luego se fue con ella a dos bares. Las autoridades, no obstante, iniciaron una investigación. Finalmente, el domingo pasado fue arrestado.
Según el alguacil superior adjunto Christopher Arrowsmith, McLaughlan había hecho un «intento deliberado e intencional de circunnavegar las reglas de la isla», y potencialmente estaba poniendo en riesgo a la comunidad.
Además añadió que el viaje «cuidadosamente planeado» del acusado también había puesto al propio McLaughlan «en riesgo muy real» de sufrir daños.