Una joven denunció haber sido víctima de una brutal agresión por parte de su expareja, quien constantemente la venía hostigando y persiguiendo. La víctima se encuentra con temor y repudia el lento actuar de la justicia.

Ruth Aline Gabazza Acuña (25) recurrió a las redes sociales para exponer públicamente su caso y tratar de pedir ayuda ante la nula actuación de las autoridades.

Según comentó en un hilo de Twitter, el pasado 10 de marzo fue agredida por su expareja, de nombre Bruno Sebastián Rivas Encina (26), cuando se encontraba en el estacionamiento de una lomitería ubicada sobre la avenida España de Asunción.

En aquella oportunidad, el hombre la había seguido durante varias cuadras hasta llegar al local de comida rápida. Una vez allí, intentó hablar con ella, a lo que la mujer se negó, motivando la violenta reacción del sujeto que le propinó varios golpes en el rostro.

Al día siguiente, el padre del atacante le escribió a su número particular para “pedirle disculpas” por la actuación de su hijo, solicitándole a su vez que retire la denuncia policial formulada en su contra para “evitar perjudicarle”.

 

Posterior a lo ocurrido, Gabazza decidió recurrir a la justicia y solicitó la aplicación de una medida cautelar contra Rivas en la Fiscalía de Asunción, pedido que le fue negado debido a que ella reside en otra ciudad, pese a que el ataque ocurrió en la capital.

Ya el 20 de marzo, Rivas fue notificado sobre la orden de restricción, lo cual no fue impedimento para que tanto él como su padre hostiguen con llamadas y mensajes a la denunciante, según la misma comenta en su posteo. Más adelante, también le pidieron que “mienta en la audiencia y minimice la situación”, reveló.

La joven confirmó que su expareja ya la venía persiguiendo desde hace varios años y en ocasiones anteriores llegó inclusive a provocar daños a su vehículo, cerrándole el paso mientras iba manejando sola rumbo a su casa.

Gabazza admite tener miedo tras exponer su caso, pero también es consciente de que con ello podrá al menos lograr el apoyo de otras personas y, además, tratar de que la justicia pueda actuar para castigar a su atacante, quien sigue impune. “Es justo y necesario para que ninguna otra mujer tenga que pasar por algo así nunca más”, sentencia su publicación.