«Fue como un juego sexual pero sin llegar a eso, luego de un brutal asesinato, jaja somos unos demonios…» «Se supone que después teníamos q sentirnos culpables y estábamos ahí… jugando» (sic). Estos son algunos de los chats que fueron usados como prueba de que una pareja de jóvenes asesinó a un locutor por el mero placer de matar.

Ayer, tras semanas de juicio oral, finalmente las juezas les aplicaron 30 años de cárcel más 10 años de medidas de seguridad a Isaías Raúl Torres y Gisselle Eliana Millen Otto, hallados culpables de homicidio doloso agravado.»Es el primer caso en la historia de nuestro país de un homicidio por placer», dijo la jueza Mesalina Fernández, que encabezó el Tribunal de Sentencia junto a sus colegas Gloria Hermosa y Alba González, quienes dictaron el fallo en forma unánime.

Se investigó el crimen del ex locutor radial Agustín Emanuel Quintana, registrado el 8 de febrero del 2014, en su casa del barrio San Cristóbal, de Asunción.

En el juicio oral, la fiscala Carla Rojas y la querellante habían pedido 30 años de cárcel y 10 años de medidas de seguridad. La defensa de Torres pidió que la pena no sea la máxima. El defensor de Millen requirió la condena de 11 años cómo cómplice.

FALLO. Ya cerca de las 13.00 de ayer, la jueza Mesalina Fernández comenzó a explicar su sentencia. Alegó que era unánime. Indicó que no fueron controvertidos ni la muerte ni que los acusados estuvieran en el lugar. Sí la forma del crimen, los mensajes y la autoría.

Sostuvo que Gisselle dijo que Bogado le quiso violar y por eso Torres lo mató. El varón aseguró que ella fue la que asesinó a la víctima. Sin embargo, no existen testigos del crimen.

Indicó que en el juicio, la hermana de Bogado declaró que avisó que no iba a dormir en casa y que al día siguiente al regresar, halló el portón y la puerta abiertos. Al entrar encontró a su hermano muerto, totalmente ensangrentado.

Después, se probó que la pareja llegó al lugar para realizar un trío sexual y que ahí lo mataron. Acotó la magistrada que un vecino había declarado que despertó sobresaltado por los gemidos que creyó eran de un animal herido.

La jueza comentó que una amiga de Millen dijo que esta le llamó para ir a dormir a su casa y que le contó la versión de que la víctima quiso abusar de ella, pero nada más.

Fernández dijo al explicar el fallo que no se demostró que los mensajes de texto fueron adulterados y que ellos mismos reconocieron que se comunicaron entre sí.

Remarcó que los mensajes de texto revelaron a cuerpo entero la personalidad de ambos. Leyó varios chats donde mostraban que la pareja mató por placer, e incluso, tuvieron sexo en un motel tras el crimen. Apuntó que hubo indefensión de la víctima. Dijo que los procesados eran un peligro para la sociedad.