La pequeña de 8 años quien supuestamente se fue a jugar con dos cabras y nunca volvió, cumple hoy un año de desaparición, aunque la denuncia fue formulada recién el día siguiente. Los únicos procesados son el padrastro y la mamá de la menor.

Aunque la Fiscalía ya confirmó en su momento que el relato de que la niña fue a jugar con las cabras en Monte Pakarâ, Emboscada y nunca volvió, fue un cuento inventado por la familia y un simple elemento distractor, hasta aquí no halló pistas para localizar a la víctima ni evidencias para responsabilizar a los culpables.

Otra de las hipótesis del Ministerio de Público mediante trabajos de planimetría hechos en el sitio, es que el ciudadano alemán fue el único que pudo haber sacado a la niña de la estancia.

“Hoy podemos afirmar que la persona que le sacó de la propiedad a la niña es el señor (el padrastro), solamente él se movió tres veces de la propiedad ese día”, dijo el 24 de julio la fiscal Irene Álvarez.

El alambrador y el albañil de la estancia dijeron haber visto por última vez a la niña, el 15 de abril alrededor de las 8:00 de la mañana.

La madre de la pequeña está imputada por abandono y violación del deber del cuidado. En un año no aportó nada a la investigación y nunca supo justificar por qué demoró 24 horas en denunciar la desaparición de su hija.

El alemán por su parte está procesado violación del deber del cuidado, abandono y pornografía infantil, este último hecho punible, a consecuencia del hallazgo de archivos en su celular, donde detectaron fotografías de las partes íntimas de menores, entre ellos, de la desaparecida.