Un giro a la historia del pequeño Ángel de 3 años quien falleció el domingo pasado en Yataity, departamento del Guairá. Según la madre, su hijo recibió la patada de un burro, sin embargo, esa versión fue descartada luego de los exámenes forenses practicados por el menor.

La versión de la madre fue puesta en duda desde el principio, cuando el pequeño llegó prácticamente sin signos de vida hasta el Hospital Regional de Villarrica donde fue reanimado por 30 minutos, pero nada se pudo hacer.

El cuerpo del pequeño fue trasladado hasta la Morgue Judicial de Asunción donde se le practicó la autopsia y reveló que su muerte nada tiene que ver con la patada de un burro.

De acuerdo a la abuela de Ángel, Marlene Villalba, el médico forense confirmó que existen otras cuestiones que se estarán dilucidando con el paso de la investigación.

Supuestamente, la Policía Nacional recogió testimonios de vecinos y conocidos quienes confirmaron que el niño sufría maltratos por parte de su madre y de su padrastro, este último con paradero desconocido.

La mamá de Ángel, Liz Fariña, fue imputada por violación al deber del cuidado y se está en la mira de la investigación.

La mujer era encargada de la estancia donde ocurrió el hecho y, según su declaración, el pequeño estaba jugando cerca del animal cuando supuestamente recibió la patada.