Suicidio con alteración de evidencias, es ahora la hipótesis que gana fuerza, en torno a la muerte del ex fiscal Javier Ibarra.

Esto después de darse a conocer los resultados periciales que revelaron que el ex fiscal llegó a disparar un arma de fuego, con lo que la hipótesis del suicidio volvió a revivir.

¿Y el arma con el que se perpetró y hasta ahora no se halla? ¿Y la segunda vainilla del segundo disparo, que tampoco se encontró? ¿Si fue suicidio que sentido tendría alterar evidencias para que el hecho pase por homicidio?

Sobe estas interrogantes y las nuevas evidencias forenses, los fiscales ordenaron preparar tres allanamientos. Uno en la casa de la empleada doméstica del ex fiscal. Otro en la vivienda del casero y un tercero en el domicilio de la viuda de Ibarra.

Estos allanamientos en busca del arma (y quizás la vainilla) que no hallaron en el escenario del presunto hecho de suicidio.

Y la explicación de toda esa movida. Javier Ibarra tenía, según fiscales, un seguro de vida por 300 millones de guaraníes. Y como se sabe, en caso de suicidios, las compañías de seguros no están obligadas a pagar a cónyuges y/o hijos. La presunción fiscal y de policías es: pudo ser suicidio, y la alteración de evidencias es para hacerlo pasar por homicidio, todo con el objetivo de cobrar el segundo de vida.