No hacer montaña sobre una piedrita era lo que había pedido el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, tras la denuncia de manoseo y acoso formulada por una joven contra el padre Silvestre Olmedo de la parroquia de Limpio.

Tras ser duramente criticado por sus tibias declaraciones, Valenzuela emitió un comunicado en el reconoce que la frase que utilizó no fue “del todo correcta”

“Pido perdón si mi expresión ha sido inadecuada, en ningún caso fue mi intención minimizar el hecho”, expresó Valenzuela.

Argumentó que la denuncia contra el padre Olmedo continúa su curso tanto dentro del plano canónico como en el civil y aseguró que tendrá un resultado conforme al desarrollo de los procesos.

Como primera medida, la Iglesia Católica dispuso que Olmedo sea apartado del cargo y ordenó que rece al tiempo de calificar lo sucedido como un gesto de indecoro.

En una conferencia de prensa ofrecida el jueves pasado, Valenzuela sorprendió a todos con sus afirmaciones al justificar que la fragilidad lleva a cometer este tipo de actos.