La Policía y la Fiscalía concluyeron anoche que el objetivo del atentado en el anfiteatro de San Bernardino era Marcos Ignacio Rojas Mora, quien falleció al igual que la mediática Cristina “Vita” Aranda. Los narco pedrojuaninos heridos fueron víctimas colaterales

Marcos Ignacio Rojas Mora, de 29 años de edad, acusó en total ocho balazos durante el ataque a balazos en el Jaumina Fest en San Bernardino. Justamente, uno de los disparos que atravesó a Marcos también mató a la mediática Cristina Isabel Aranda Torres (29), más conocida como Vita Aranda, quien era la esposa del futbolista de Olimpia, Iván Arturo Torres Riveros (29)

El arma aparentemente estaba modificada con el sistema de selector de tiros, que permitió que efectuara disparos en ráfaga.

El ataque del domingo a la noche en el anfiteatro José Asunción Flores de San Bernardino dejó además seis heridos, dos de los cuales tienen antecedentes relacionados con el narcotráfico.
Se trata de José Luis Bogado Quevedo, de 38 años, alias Kuré, nacido en Pedro Juan Caballero y reclamado en extradición por Brasil, donde tiene una condena pendiente de 17 años de cárcel por tráfico internacional de cocaina .

El otro es Marcelo Eladio Monteggia Díaz, de 40 años, también pedrojuanino, con antecedente en
Paraguay por violencia familiar y reclamado por Bolivia para ser juzgado por homicidio.

Bogado continúa internado en el sanatorio Migone de Asunción, en tanto que Monteggia ya fue trasladado anoche a la Agrupación Especializada.
La hipótesis
Al menos hasta anoche, la principal hipótesis de la Policía y la Fiscalía era que el objetivo del matón solo fue el ahora fallecido Marcos Ignacio Rojas Mora y que tanto Aranda como los heridos fueron víctimas colaterales.
A falta de una confirmación oficial de parte de las autoridades, anoche trascendió que los investigadores descubrieron importantes conexiones del fallecido Marcos Ignacio Rojas Mora con el tráfico de drogas.

Aparentemente, Rojas era un distribuidor de cocaína de mediano porte en el departamento Central, territorio controlado por el clan Rotela, que a su vez lo dirige desde Tacumbú el preso más importante de la República, Armando Javier Rotela Ayala.
En la camioneta del fallecido Rojas Mora se hallaron dos cargadores de pistola, pero no el arma, lo que hace sospechar que el citado hombre también pudo haber entrado armado al festival Ja’umina Fest.