La Cámara de Diputados dio media sanción a una ampliación presupuestaria de G. 28.000 millones para “desprecarización” laboral, que en palabras más directas es para aumentos de salarios y bonificaciones de sus funcionarios en plena recta final de las elecciones generales. El proyecto pasa al Senado para su siguiente trámite.

Los diputados aprobaron un aumentazo salarial a días de las La Cámara Baja aprobó casi por unanimidad una ampliación de G. 28.000 millones, alegando que durante la pandemia de 2020 redujeron gran parte de su presupuesto y que ahora pretenden retomar el proceso de “desprecarización” de sus funcionarios, coincidentemente cuando la mayoría de ellos se encuentran en campaña para el rekutú o apuntando a cargos mayores.

Según indicó el presidente de la Comisión de Presupuesto, el diputado y candidato a senador Arnaldo Samaniego (ANR, oficialista), el dinero será destinado a “la realización de un concurso interno para desprecarización del personal contratado”, que se realizó por última vez en 2017, y la creación de nuevos rubros para honorarios personales.
Estos G. 28.000 millones sobre todo serán destinados a aumentazos a directores y otros jefes en concepto de “bonificaciones por responsabilidad en el cargo” y “equiparar” a lo que pagan el Congreso y la Cámara de Senadores, cuyo presidente es el senador Óscar “Cachito” Salomón (ANR, oficialista).
Según Samaniego, esto es en represalia a que la Cámara de Senadores, durante el estudio del Presupuesto 2023, recortó este aumentazo.

“Rechazó la solicitud de la Cámara de Diputados para la desprecarización laboral y, en contrapartida, incorporó dentro de su presupuesto del Congreso Nacional creaciones de cargos y para desprecarización laboral, así como la nivelación salarial con bajas asignaciones y salarios bajos”, alegó.
Diputados aprobaron aumentazo sin mayor debate
La aprobación se hizo sin mayor debate y a tambor batiente. Ahora, el documento pasa a Diputados para su segundo trámite legislativo y difícilmente se trate antes de las elecciones, por lo que queda como una jugada de querer quedar bien con sus operadores y funcionarios a cargo, sin certeza de que prospere realmente.