A pesar de que en la Cámara de Diputados están en duda los 41 votos que se necesitan para aprobar el proyecto “mau” de la enmienda constitucional para habilitar la reelección presidencial, hay cuatro diputados que entregarán sus votos con la intención de que la justicia finiquite sus procesos. Hasta el momento, los mismos gozan de la complicidad judicial para trabar sus procesos.

A esta altura ya hay un caso confirmado y alevoso de “premio” por estar a favor de la enmienda. El diputado liberal Milciades Duré, semanas después de votar por la suspensión de la enmienda aprobada en agosto del año pasado, logró truncar su juicio oral por la venta irregular de tierras del Indert, en noviembre del año pasado.

Esto fue posible porque los ministros de la Corte Miryam Peña, Antonio Fretes y Miguel Óscar Bajac pidieron el expediente y ya llevan 5 meses sin evacuar la chicana, presentada al solo efecto de trabar el juzgamiento oral.

Otro que está en la lista y que necesita imperiosamente “trueques” judiciales es el exgobernador de Presidente Hayes y diputado cartista Óscar Venancio Núñez. El mismo afronta varios procesos por despilfarrar sin descaro millones que debían ser destinados a ayudas sociales y educación.

Cierran la lista de “serviles”, el cartista Carlos Núñez Salinas (que trunca su audiencia preliminar por contrabando) y el llanista Fernando Nicora, imputado por contratar 262 “planilleros” en Puertos.

En el caso de los senadores, se aguarda que la justicia recompense los votos favorables de Víctor Bogado, Enzo Cardozo y Nelson Aguinagalde.

Revés como “castigo”

Si los diputados José María Ibáñez (colorado disidente) y Aldo Vera (Avanza País), votan en contra de la enmienda constitucional como se prevé, es más que seguro que sus procesos por corrupción finalmente serán destrabados como “castigo”. En idéntica situación está Rafael Filizzola, líder de PDP y exministro del Interior, en abierta oposición. Por el momento, su defensa logra truncar sus dos causas en la Corte.