Ante la intención de tratar la próxima semana el proyecto de ley que incorpora la castración química como una pena más severa para los sentenciados por violación, el asistente fiscal Eduardo Escobar dio su postura personal y advirtió que no será posible su implementación.

Como primer impedimento señala que Paraguay firmó en su momento tratados internacionales, en los que se acogía a los derechos humanos que establecen ciertas exigencias.

“Una de esas normas dice que no podemos someterles a penas degradantes o crueles, entonces no se puede propiciar eso por los efectos secundarios que tiene, como embolia pulmonar, diabetes, ginecomastía y otras complicaciones”, comentó Escobar en entrevista con la 970 AM.

Como segundo punto argumentó que no está comprobada la eficacia de la castración química, es decir, el problema mental del individuo persiste a pesar de la reducción de los niveles de estrógeno.

Añadió que el sujeto quizás ya no podrá utilizar su miembro viril, sin embargo, usará sus manos o cualquier objeto al sentir mayor rabia y deseo sexual. Consideró que este tipo de medidas la aplican solamente países totalitarios como Rusia o Corea del Norte, donde no rigen los mismos principios de derechos humanos que en Paraguay.

El letrado consideró que el problema se debe contrarrestar desde las cárceles, enfocando desde el aspecto psicológico, para enseñar a la persona a reducir sus impulsos y reeducar sus cerebro.

El proyecto presentado por el diputado Édgar Ortiz podría ser tratado la próxima semana en Cámara Baja y en tal sentido, el legislador confía en reunir la mayoría para lograr media sanción del planteamiento.