El excombatiente de la Guerra del Chaco (1932-1935), Máximo Fernández Ramírez, cumplió 103 años de vida. Familiares y amigos organizaron un gran festejo en su casa de Nueva Italia, ciudad que lo vio nacer.

NUEVA ITALIA (Higinio R. Ruiz Díaz, corresponsal). Máximo Fernández Ramírez festejó el viernes último sus 103 años de vida. El héroe se alistó al ejército paraguayo cuando tenía 15 años para ir a defender la heredad nacional, en la Guerra contra Bolivia (1932-1935) en el Chaco Paraguayo.

El veterano a sus 103 años se encuentra con buena salud, sentido del humor. Recuerda algunos de los pasajes vividos durante la contienda chaqueña. Rememoró que el principal enemigo de los soldados era la sed, debido a la falta de agua.

El festejo en honor al excombatiente se realizó en su humilde vivienda ubicada en el barrio San Blas de esta ciudad. Estuvo rodeado de familiares, vecinos y amigos, quienes le brindaron cariño y reconocimiento como héroe nacional.

La banda del ejército llevó una serenata y al son de los temas épicos alegró la fiesta. El grupo estuvo encabezado por el jefe del Departamento de Bienestar de Veteranos del Ejército, Cnel. Ramón Verón.

Además de la serenata, el Ejército Paraguayo entregó un reconocimiento al veterano por sus 103 años. El diploma lleva la firma del comandante del ejército, Gral. Óscar Arnaldo Cardozo.

El intendente local Osvaldo Krause (PLRA) indicó que don Máximo es una reliquia viviente y merece toda la atención de las autoridades como también de la ciudadanía, porque es el último con vida en la ciudad. “Es el único sobreviviente (de la zona) y se encuentra aún lúcido. Él representa a los excombatientes de las ciudades de Villeta y Guarambaré en los actos de recordación de la guerra y, para nosotros, es un honor contar aún con él”, expresó el jefe comunal.

El héroe tiene dos hijos, Francisco, quien ya falleció y Francisca (71), que vive con él en la casa. Es fanático del club Olimpia y del Partido Liberal.

“Mi papá se encuentra muy bien de salud, solo tiene problema de vista, escucha y habla bien. Además camina solo aún y hasta hoy en día no tiene restricción en cuanto a los alimentos. Él come de todo, le gusta el caldo, tallarín, vori vori y so’o apu’a”, expresó la hija.

El 12 de junio pasado recibió la cruz del defensor en el Cuartel de la Victoria.