Un Tribunal de Sentencia condenó este lunes a 28 años de cárcel a un hombre acusado de un cuádruple homicidio ocurrido el 12 de enero del 2020, en una ronda de tragos en Presidente Franco, Departamento de Alto Paraná.

El Tribunal de Sentencia presidido por la magistrada Zunilda Martínez e integrado por sus pares Marino Méndez y Herminio Montiel condenó a 28 años de cárcel a Miguel Ángel Caballero Rodríguez, alias Papalo, por homicidio doloso en calidad de coautor.

El fallo fue dictado durante un juicio oral que concluyó este lunes en el Poder Judicial de Ciudad del Este. Con relación al hecho, está imputado en rebeldía Gabriel Ramírez Domínguez, quien se encuentra prófugo.

La calificación final se dio de conformidad con el artículo 105, inciso 1°, “homicidio simple”, pero teniendo en cuenta que fueron cuatro víctimas, se dio el concurso, elevando el marco penal a 30 años. Todas las pruebas indirectas sumadas fortalecieron la convicción del Tribunal sobre la existencia del hecho y la participación del acusado.

Según los antecedentes, los asesinatos ocurrieron en la casa de la hermana del hoy condenado, ubicada en el barrio Tres Fronteras, en Presidente Franco, Departamento de Alto Paraná. Miguel Caballero, en ese entonces, se encargaba de la residencia, ya que la dueña vivía en Asunción.

Aquel 12 de enero del 2020, Miguel Caballero compartía una ronda de tragos con Gabriel Ramírez Domínguez y las víctimas Julián Samuel Duarte Rodríguez, de 20 años, Edilio Fernando Villalba Oviedo, de 46 años, Carina Soledad Villalba Giménez, de 16 años y Édgar Villalba Giménez, de 19 años.

Posteriormente, a las 02:00, ya del 13 de enero, los hombres efectuaron varios disparos contra la humanidad de los demás participantes tras una discusión.

Tras consumar el hecho, arrastraron los cuerpos sin vida hasta un baldío, a escasos metros de la escena del crimen, desechando a la vez, varias evidencias como trapos, alfombras y ropas con rastros de sangre.

A las 05:00, Miguel Ángel entregó la llave de la residencia a su mamá, alegando que había sucedido algo muy feo, para darse a la fuga con los demás involucrados.

Durante la audiencia, se demostró que el hecho se registró en el lugar indicado, y los análisis laboratoriales confirmaron que las manchas halladas en diferentes sitios de la casa eran sangre humana.

Además, se encontraron en bolsas de basuras plomos encamisados, provenientes de un arma calibre 9 milimetro, que fue requisada tiempo después del poder del hoy condenado, tras cometer un atraco en el Departamento de Itapúa. Todas las evidencias fueron encontradas durante un allanamiento ejecutado en la vivienda.

El médico forense que inspeccionó los cadáveres dictaminó que todos los disparos se dieron de frente hacia atrás. Además, un testigo que brindó declaraciones ante un juez penal de Garantías, como anticipo jurisdiccional de prueba, dijo que Gabriel, Miguel Ángel y las demás personas efectivamente se encontraban en el lugar del hecho.

Igualmente, fueron admitidas como pruebas varias fotografías que fueron publicadas en su oportunidad, por dos personas, a través del estado de WhatsApp. En las imágenes se pudo observar al hoy condenado, junto con los fallecidos, además del arma de fuego utilizada.

La fiscala Viviana Sánchez, de la Unidad Zonal de Presidente Franco, representó al Ministerio Público durante el juicio.