Eliz Barrios, es una paraguaya en Uruguay, amenazada de muerte por su exmarido. Ella necesita urgente un abogado en Uruguay que la ayude a tramitar la custodia de su hija y lograr volver con ella a Paraguay. El hombre tiene una restricción pero mañana le quitan la tobillera de seguridad. «Tengo muchísimo miedo porque él me va a matar. Ahora estoy hablando, sigo con vida pero no sé mañana. Él me va a matar y qué va a pasar con mi hija. Hace años ya iba a estar muerta, si no fuera por los vecinos», afirmó en medio de lágrimas.

“Yo lo que pido a todo el pueblo paraguayo es un abogado para que pueda salir con mi hija porque el padre no me da el permiso para salir con ella. Con el tema de la pandemia, todo esto se complicó bastante. Necesito la ayuda de un abogado porque el que llevaba mi caso resulta que se cambió de distrito y quedó en la nada. Hace un año pido otro abogado y cada que voy me dicen que vuelva en otra fecha. Yo puedo salir del país porque soy paraguaya, pero el problema es con mi hija, el padre no me lo permite y el Juzgado no me da ninguna respuesta. Tengo muchísimo miedo porque él me va a matar. Ahora estoy hablando, sigo con vida pero no sé mañana. Él me va a matar y qué va a pasar con mi hija. Hace años ya iba a estar muerta, si no fuera por los vecinos. Él era muy bueno cuando me casé, lastimosamente no es lo que yo soñaba. Pero él no va a cambiar. Él quiere volver conmigo, no le quiere ni siquiera a la niña. Él es uruguayo, nunca le pasó la manutención a la niña, él me sigue amenazando porque quiere volver conmigo”, relató. 

Refirió que las autoridades paraguayas están en conocimiento de su situación y que le brindaron atención pero no basta. “Estuve hablando con la ministra Lourdes Bogado, del Consulado de acá, ella está buscando que no le quiten la tobillera pero le explicaron que la ley es así, le quitan el dispositivo. Tengo miedo”, puntualizó.

Eliz Barrios es una caaguaceña, había viajado a España buscando un mejor porvenir. Allí encontró a quien creyó ser el amor de su vida, se casó y en 2012, se mudó a Uruguay. Desde allí todo fue un tormento debido a que el hombre se volvió violento y en varias ocasiones la agredió e incluso ya estuvo cerca de quitarle la vida. “Si no fuera por los vecinos ya me hubiera matado”, agregó.

La compatriota entre lágrimas reiteró su pedido y deseo de querer volver a su tierra natal en compañía de su pequeña.