El viernes por la noche, el juez federal James Robart, quien fue nominado por George W. Bush y preside en el estado de Washington, detuvo la implementación del decreto presidencial de Trump, en una decisión efectiva a nivel nacional.

Horas más tarde, ya el sábado por la mañana, el Departamento de Seguridad Nacional anunció que suspendía todas las acciones para implementar el decreto inmigratorio y que regresaría a las revisiones de viajeros previas a la firma de la prohibición. Pero urgió al Departamento de Justicia a desafiar la orden del juez «lo más pronto posible».