El Ministerio Público constató que existían dos denuncias de abuso sexual del año pasado, donde resultó víctima la niña de 12 años, quien fue encontrada muerta en forma violenta en Caaguazú. De acuerdo con la investigación fiscal, vivía en total estado de vulnerabilidad.

El fiscal Alfredo Mieres, encargado de la investigación de la muerte de la niña en la ciudad de Caaguazú, mencionó que en los dos casos de abusos anteriores se sindicó como presunto autor a un hombre mayor de edad identificado como Simón Zárate.

El agente de la Fiscalía manifestó a radio Monumental 1080 AM que la primera denuncia fue hecha en abril de 2022 por el actual defensor del Pueblo, Rafael Ávila, quien en ese entonces tenía el cargo de adjunto. En aquella ocasión, la víctima supuestamente vivía con el presunto abusador.

La segunda denuncia se registró al mes siguiente contra la misma persona y, de acuerdo con los registros, la pequeña ya estaba residiendo con la abuela materna.

Pero en octubre pasado se entregó la permanencia provisoria a una vecina, de nombre Liz Paola Rojas, domiciliada en Repatriación.

Alfredo Mieres indicó que se trata de la misma mujer que se constituyó en la morgue aproximadamente a las 19:00 del jueves para el reconocimiento del cuerpo, manifestando que se enteró a través de las publicaciones periodísticas sobre el hallazgo de la niña, quien al principio la Policía Nacional presumía que tenía entre 20 y 23 años.

«Constaté que la menor vivía en una situación de vulnerabilidad total», vertió el fiscal a la emisora.

La víctima fue identificada como Anabel Blanco González, de 12 años, de padres fallecidos. Cuando su cuerpo sin vida fue encontrado en Caaguazú tenía lesiones de consideración y rastros de abuso sexual, según los primeros análisis forenses.

El análisis de su cuerpo detectó heridas punzantes y cortantes, así como lesiones en el cráneo. Se determinó como posible causa de su muerte un traumatismo de craneoencefálico severo, así como lesiones en la cara con un elemento cortopunzante.

Se presume que en el momento del hallazgo, la víctima llevaba entre 10 y 12 horas de rigidez cadavérica.

El supuesto autor había sido imputado por la Fiscalía y se encuentra con estado de rebeldía.