El obispo de Caacupé Ricardo Valenzuela, expresó su preocupación por la incertidumbre sobre la festividad mariana en medio de la multiplicación de casos de Covid-19. No obstante anunció que ya iniciaron los preparativos “por si” haya condiciones.

En agosto de cada año comienza el proceso de preparación para el 8 de diciembre, día de la Virgen de Caacupé y aunque este año de pandemia no permite aglomeraciones, desde la ciudad mariana tienen otras expectativas.

“Aquí nosotros nos vamos preparando como si fuera que vamos a celebrar porque hay que prever, que no sea que digamos que no habrá fiesta y luego las cosas mejoran y no tenemos nada y caemos en una improvisación”, explicó el obispo en contacto con Cardinal.

En el aspecto litúrgico ya inician la confección de la lista de obispos que predicarán durante esos días además de los coros, los líderes y los oficios que llevará cada uno en el área pastoral.

“El avance del Covid nos deja cada vez más inciertos, se pensaba que en agosto iba a ir bajando, luego septiembre, ahora octubre dicen que va a venir el pico más alto y nos deja un poco desconcertados”, admitió el obispo.

El monseñor avisó que esperarán hasta fines de octubre, pues en noviembre se realizará una asamblea en la que se finiquitarán las cosas y para entonces se espera tener una visión más clara de la situación.

 

El año pasado en la víspera de Caacupé, el 7 de diciembre, 1.500.00 personas acudieron a la capital espiritual del país y desde la novena hasta el 8, unos 4.500.000 devotos, según Valenzuela.